Estimados:
Les dejo aquí la segunda parte de esta importante entrevista a la psicóloga Gilda Moura. Agradezco a Pablo Cano y a Lucas por supuesto todo el apoyo y el acompañamiento de un material casi de caracter documental, ya que es inédito en Argentina, así como la única investigación hasta ahora de este tipo. Espero lo disfruten.
Debido a lo controvertido del material caben algunas aclaraciones, sobre todo en aquellos que cuestionen con todo derecho.
Sobre el estudio original
El artículo documenta que personas que afirmaban haber sido abducidas voluntariamente entraban en un estado de trance hiperexcitado, con alta frecuencia en las bandas beta (hasta 40 Hz), particularmente en zonas prefrontales, medido mediante EEG topográfico. Se reportaron aumentos estadísticamente significativos en actividad a 40 Hz durante el trance en comparación con la línea base (p < 0.006), así como un incremento en la frecuencia alfa dominante (p < 0.01). No encontraron evidencia de epilepsia ni signos de psicopatología como esquizofrenia en los registros EEG.
¿Hubo validación por pares o estudios de replicación?
No he encontrado evidencia de artículos de revisión externa o réplicas independientes de este estudio. Críticas académicas en revistas convencionales de neurociencia, psiquiatría o psicología. Citas o seguidores en bases como PubMed, PsycINFO, Web of Science, Scopus, etc., que respalden, amplíen o validen este trabajo. Es importante señalar que Journal of Scientific Exploration se considera una revista de frontera (fringe science), con un enfoque más amplio hacia temas controversiales o poco convencionales, y que no está indexada en muchas bases académicas convencionales. Esto limita su visibilidad dentro de la comunidad científica tradicional.
Afirmar que se "constató la salida del alma" es extremadamente problemático desde el punto de vista científico. No existen, al día de hoy, métodos empíricos válidos para demostrar algo así.Es comprensible pensar que quienes reportan experiencias como abducciones o salidas del alma" podrían estar atravesando un episodio psicótico o tener esquizofrenia. Sin embargo, la ciencia permite distinguir entre estas condiciones con bastante claridad, tanto a nivel clínico como neurofisiológico. Un sano escepticismo es totalmente válido y necesario cuando se trata de afirmaciones extraordinarias, especialmente si hablamos de fenómenos como abducciones, alteraciones cerebrales o supuestas "salidas del alma". Pero vale la pena precisar algunas cosas para que el debate sea más justo y serio:
¿Hay estudios científicos con grupos de control?
Sí, algunos investigadores han intentado estudiar a personas
que afirman haber sido abducidas, comparándolas con grupos de control (personas
sin experiencias de ese tipo). Se han usado herramientas como resonancia
magnética funcional, cuestionarios psicológicos, y análisis de patrones de
sueño o parálisis del sueño.
Ejemplo: John Mack, psiquiatra de Harvard, estudió varios
casos de abducción y concluyó que muchas de estas personas no mostraban signos
de psicosis ni esquizofrenia, lo cual no significa que las abducciones sean
reales, pero sí que no se pueden reducir fácilmente a enfermedades mentales.
¿Cómo se diferencian estas personas de alguien con esquizofrenia
o psicosis?
Las personas con esquizofrenia suelen presentar síntomas
claros: delirios desorganizados, alucinaciones auditivas, deterioro del juicio,
entre otros. En contraste, muchas personas que reportan experiencias
"anómalas" no tienen otros signos de patología mental, y mantienen
una vida funcional.
Además, las narrativas de abducción tienden a ser
estructuradas y coherentes, y no necesariamente responden al patrón
desorganizado típico de una psicosis.
Es totalmente razonable pedir evidencia seria, metodologías
válidas y evitar afirmaciones sensacionalistas. Pero también es importante no
caer en reduccionismos: no todo lo que suena extraño es automáticamente una
psicosis, y no todo lo que no entendemos hoy debe ser descartado sin investigar
en áreas como la atención y la memoria de trabajo.
Las ondas gamma (frecuencia de 30 a 100 Hz) están asociadas
con funciones cognitivas superiores como: Percepción consciente, atención,
memoria de trabajo, integración sensorial
En personas sanas, la sincronización de ondas gamma permite
que diferentes áreas del cerebro se comuniquen eficientemente.
Qué pasa en la esquizofrenia?
Numerosos estudios han demostrado que en personas con
esquizofrenia: Hay disfunción en la actividad gamma, especialmente durante
tareas cognitivas. Se observa una reducción en la sincronización de estas
ondas, lo que puede estar relacionado con alucinaciones auditivas, déficits en
la atención y el pensamiento lógico, problemas en la memoria de trabajo
En cerebros sanos: las ondas gamma se activan en tareas
cognitivas complejas y se sincronizan bien entre diferentes regiones.
En cerebros con esquizofrenia: la sincronización gamma está
alterada, y esto se correlaciona con los síntomas cognitivos y psicóticos.
Es comprensible pensar que quienes reportan experiencias
como abducciones o "salidas del alma" podrían estar atravesando un
episodio psicótico o tener esquizofrenia. Sin embargo, la ciencia permite
distinguir entre estas condiciones con bastante claridad, tanto a nivel clínico
como neurofisiológico.
Ondas gamma y esquizofrenia:
La esquizofrenia está asociada con alteraciones en las ondas
gamma, que son fundamentales para funciones como: Integración sensorial, memoria
de trabajo, percepción consciente. En personas con esquizofrenia la actividad
gamma es débil o desincronizada, especialmente durante tareas cognitivas. Esto
se correlaciona con síntomas como alucinaciones, pensamiento desorganizado o
pérdida de juicio de realidad.
2- ¿Y qué pasa con personas que reportan abducciones u otras
experiencias anómalas?
Estudios preliminares (por ejemplo, en contextos de
meditación profunda, estados disociativos o parálisis del sueño) han
encontrado: Aumento o hipercoherencia en bandas gamma en ciertas regiones
cerebrales. Ausencia de síntomas clínicos de psicosis (delirios desorganizados,
deterioro del juicio, paranoia). Narrativas emocionalmente intensas, pero sin
deterioro funcional severo. Esto no valida automáticamente que las experiencias
sean "reales" en un sentido físico, pero sí sugiere que el cerebro
puede generar estados de conciencia altamente inusuales sin que haya una
patología psiquiátrica subyacente.
¿Entonces, es lo mismo? No. Un paciente psicótico pierde el
juicio de realidad y presenta deterioro funcional significativo. Un sujeto con
una experiencia anómala (sin enfermedad mental) puede tener plena conciencia,
conservar su capacidad crítica y seguir funcionando normalmente. Las ondas
gamma (30–100 Hz) están implicadas en procesos de atención, percepción
consciente e integración sensorial. En la esquizofrenia, múltiples estudios han
documentado déficits en la generación y sincronización de estas oscilaciones,
incluso desde las primeras etapas del trastorno, lo que sugiere una disfunción
en el procesamiento cognitivo básico. En contraste, estados alterados de
conciencia no patológicos —como los inducidos por la meditación, hipnosis o
parálisis del sueño— pueden mostrar aumento de la actividad gamma sin presencia
de síntomas psicóticos ni deterioro funcional. Esto indica que no toda
experiencia inusual equivale a una psicosis, y que existen marcadores neurofisiológicos
para diferenciarlas.
1. Ondas gamma y
esquizofrenia:
La esquizofrenia está asociada con alteraciones en las ondas gamma, que son fundamentales para funciones como: Integración sensorial, memoria de trabajo,percepción consciente.
En personas con esquizofrenia, la actividad
gamma es débil o desincronizada, especialmente durante tareas cognitivas. Esto
se correlaciona con síntomas como alucinaciones, pensamiento desorganizado o
pérdida de juicio de realidad.
¿Y qué pasa con personas que reportan abducciones u otras experiencias anómalas?
Estudios preliminares (por ejemplo, en contextos de
meditación profunda, estados disociativos o parálisis del sueño) han
encontrado: Aumento o hipercoherencia en bandas gamma en ciertas regiones
cerebrales. Ausencia de síntomas clínicos de psicosis (delirios desorganizados,
deterioro del juicio, paranoia). Narrativas consistentes, emocionalmente
intensas, pero sin deterioro funcional severo.
Esto no valida automáticamente que las experiencias sean
"reales" en un sentido físico, pero sí sugiere que el cerebro puede
generar estados de conciencia altamente inusuales sin que haya una patología
psiquiátrica subyacente.
3. ¿Entonces, es lo mismo? No. Un paciente psicótico pierde
el juicio de realidad y presenta deterioro funcional significativo.Un sujeto
con una experiencia anómala (sin enfermedad mental) puede tener plena
conciencia, conservar su capacidad crítica y seguir funcionando normalmente.
En cuanto a estudios que diferencian los patrones gamma con los experimentados en la esquizofrenia dejo anajo varios papers y enlaces, esperando sea de utilidad.
Un saludo a todos
FENOMALÍAS
REFERENCIAS
Ferrarelli, F., Massimini, M., Peterson, M. J., Riedner, B. A., Lazar, M., Murphy, M. J., ... & Tononi, G. (2008). Reduced evoked gamma oscillations in the frontal cortex in schizophrenia patients during wakefulness and REM sleep. Archives of General Psychiatry, 65(6), 663–671. https://doi.org/10.1001/archpsyc.65.6.663
Hirano, Y., Oribe, N., Kanba, S., et al. (2015). Spontaneous
gamma activity in schizophrenia. Journal of Psychiatric Research, 64, 1–8.
https://doi.org/10.1016/j.jpsychires.2015.02.015
Uhlhaas, P. J., & Singer, W. (2010). Abnormal neural
oscillations and synchrony in schizophrenia. Nature Reviews Neuroscience,
11(2), 100–113. https://doi.org/10.1038/nrn2774
Sauseng, P., & Klimesch, W. (2008). What does phase
information of oscillatory brain activity tell us about cognitive processes?
Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 32(5), 1001–1013.
https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2008.03.014
Lutz, A., Greischar, L. L., Rawlings, N. B., Ricard, M.,
& Davidson, R. J. (2004). Long-term meditators self-induce high-amplitude
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Sciences, 101(46), 16369–16373. https://doi.org/10.1073/pnas.0407401101
Lehmann, D., Faber, P. L., Achermann, P., Jeanmonod, D.,
Gianotti, L. R., & Pizzagalli, D. (2001). Brains of meditators and
non-meditators differ in functional connectivity during rest. NeuroReport,
12(11), 2467–2471. https://doi.org/10.1097/00001756-200108080-00044
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