TEORÍA DE PULSOS



Este excelente trabajo del licenciado Angel Diaz continúa la serie de publicaciones de la Ufología Experimental,(y coincide con investigaciones hechas por Fenomalías acerca de la actividad geomagnética y solar en relación con el Fenómeno OVNI), con la esperanza de que algunos ufologos nacionales imiten investigaciones y publicaciones como estas, de alto rigor investigativo.


                                                                                                                                                                                                 LA "TEORÍA DE PULSOS"Y LA ACTIVIDAD DEL FENÓMENO OVNI


escribe: ÁNGEL DÍAZ




Introducción

En marzo de 1998, a raíz del notable incremento de la actividad del fenómeno OVNI del '93 al '96, se elaboró un estudio del mismo (publicado en el boletín de la Red Argentina de Ovnilogía, número 28) en el que se establecían constancias morfológicas en las curvas representativas, se describía la topología de las mismas y se señalaban ciertos cambios cuali-cuantitativos en el desarrollo de la actividad. Se remarcaba que a partir de 1967-68 comenzaba a contarse con un mínimo de información para procesar estadísticamente (aun con niveles apreciables de error).


Merced a la labor de la RAO y al, propio correr del tiempo, hoy se ha reunido una información sobre la actividad OVNI que permite nuevas revisiones teóricas. Debe resaltarse la acción de la Red, que al elaborar las casuísticas anuales ha provisto del indispensable material a la cantera de los investigadores; un ejemplo de cómo las organizaciones dinámicas contrribuyen al avance de la Ovnilogía.

Indudablemente, la actividad fue lentamente creciendo desde fines de la década del '30, más allá de un inicio bien notable. A su vez, el mayor conocimiento ovnilógico permitía diferenciar mejor al fenómeno y últimamente, montar cada vez mejores canales de búsqueda de información. Esto ha hecho que el "umbral de ruido" de la información, haya ido deprimiéndose, permitiendo tomar conocimiento de los niveles más bajos de la actividad, con lo cual se posibilita la mejor comprensión del desarrollo total de su accionar.

Hacia los años '50, se conocían las Oleadas más notables (España y Francia, 1952; EEUU y España, 1954; España, 1957; etc.) pero se carecía en absoluto de un panorama de la actividad.

En la década del '70 ya se conocía la mundialidad del desarrollo del fenómeno, en forma de Oleadas (las Oleadas OVNI argentinas); estableciéndose las más notables.

La Gran Oleada '67-'69 y su análisis, permitió conocer nuevos aspectos, si bien limitados a sólo una: la Oleada OVNI-'68.

Hacia la década del '90 comenzaban a estudiarse los Ciclos Repetitivos de la actividad (Ciclos en la Actividad del Fenómeno OVNI).

Últimamente, los tres Agrupamientos de Pulsos de Actividad, de alto nivel ('93-'95; '95-'96; '98-'99) incluyendo dos de media-baja intensidad ('97 y 2000) permitieron revisar todo el registro de actividad (desde 1955, ya que antes era muy fragmentario) obteniéndose novedosos e interesantes aspectos.


Topología de los agrupamientos de pulsos


Está claro que el desarrollo de la actividad se manifiesta como pulsos de entre 1 y 3 meses de extensión y que los mismos se agrupan cada tanto tiempo, produciéndose los agrupamientos que se han llamado Oleadas. Entre los agrupamientos, suelen verificarse lapsos de 1 a 4 meses de muy baja actividad, que se disimula en el "umbral de ruido" de la información. También, muchos pequeños "picos" de 2 ó 3 casos, son frecuentemente enmascarados por el umbral.

Agrupamientos de pulsos de 2 y 3 casos ocurridos antres de 1965 eran imposibles de interpretar e incluso pulsos mayores, con 4 ó 5 casos, eran difícilmente comprendidos antes de 1978.

Desde hace algunos años se ha revelado una topología en la estructura de cada Agrupamiento, con elementos de significativa constancia: los Picos Precursores (Pp) (o Antecedentes), al inicio, con la siguiente presencia: 1 pulso: 34 %; 2 pulsos: 52 %; 3 pulsos: 14 %.

Le sigue el Pico Principal (PP) siempre muy evidente (aun en forma relativa) y muy ligado a él, ubicado a continuación, el Pico Descendente (PD) de notable menor cuantía. Éste presenta los siguientes valores de presencia: 1 pico: 82,7 %; 2 picos: 3,4 %; ausencia: 10,3 %.

A continuación, los Picos de Amortiguación (PA) en sucesión decreciente: 1 pico: 17,2 %; 2 picos: 38,0 %; 3 picos: 31,0 %; ausencia: 13,8 %. En general, la envolvente del Agrupamiento configura una forma de "diente de sierra".

En ocasiones se observa lo que se interpreta como la generación de Agrupamientos en una extensión temporal reducida, ocasionando la alteración de esa estructura típica, desapareciendo Picos Precursores y/o Picos de Amortiguación; ejemplos: Agrupamientos: '72/'73-'74; ausencia de Picos de Amortiguación en la 1ra; ídem en '92-'93 / '93-'94-'95; en '97/ '98-'99; ausencia de picos de Amortiguación en la 1ea; en '93-'94-'95/ '95-'96: ausencia de algún Pico Precursor en la 2da.


Modos del Pico Principal


Como ya se había expresado en un estudio anterior (1994) se advierte que el Pico Principal adquiere tres posibles ubicaciones relativas, con diversos grados de incidencia: Modo Temprano (MTe) –en la primera mitad de la extensión del Agrupamiento–: 73,9 %; Modo Medio (MMe): 17,4 % y Modo Tardío (MTa): 13,0 % –en la segunda mitad del Agrupamiento–.

En el Registro Total de la actividad, el MTe aparece en distribución uniforme; el MMe preferentemente ubicado en la primera mitad y el MTa, en el final del Registro.


Recurrencia mensual del Pico Principal


En el Registro total se advierte con marcada claridad, que el Pico PP se manifiesta preferentemente en agosto (20,7 %) y secundariamente en octubre y enero (17,2 %); además, de otras preferencias menores.

Se señala la recurrencia secundaria, por julio, en contra de anteriores evidencias.

La distribución respecto al total del Registro, es moderadamente clara: agosto: en casi todo el Registro; octubre: en la primera mitad (antes de 1980) y enero: en todo el Registro.


Período del Pico Principal (PP)

La recurrencia temporal con que se presentan los PP, sucesivamente, es decir el Período, en el registro total es de: 19,7 meses; equivalente a 1,64 año (Media Aritmética o Promedio: u).

Los valores se dispersan moderadamente, siendo sus extremos: mínimo 12 meses, y máximo, 25 meses (10 valores de los 29 están en el próximo entorno del Promedio).

El citado período de 1,64 a. podría haber llevado a la identificación anterior (por falta de discernimiento) del Período de 3,3 a. (su doble).


Extensión temporal de los Agrupamientos de Pulsos (Oleadas)

Los valores de la duración del Agrupamiento, presentan una moderada dispersión. La Media Aritmética (Promedio) es: 18,27 meses, con un máximo de 31 me y mínimo de 7 me.

La Desviación Media (DM) es de 0,024, que indica una fuerte coherencia de valores, más allá de ese máximo y mínimo  (DM = Sumatoria (x - u ) .
                     n

 Período del Centro temporal del Agrupamiento

Otra forma de medir Períodos de ocurrencia, es referirlo no ya a los PP sino al punto medio o de simetría de la extensión temporal del Agrupamiento.

Considerando el total de Períodos existentes, se obtiene: Media aritmética (u): 18,64 meses, existiendo Max. de 25 y 28 me. y min. de 12 y 14 me. La dispersión de valores es moderada, indicando gran coherencia.

Ambos Períodos son muy similares (18,27 y 18,64 me.) lo que habla de una apreciable regularidad en los emplazamientos de los PP y de la Extensión de los Agrupamientos.


Población de los Agrupamientos de Pulsos (Oleadas)

Otro parámetro de la Actividad OVNI es la cantidad de casos afectada al Agrupamiento.


El Registro cuenta con 1.644 casos, depurados lo máximo posible con criterios válidos; en particular, desafectado de las "Observaciones Masivas" y "OVNIs Nebulares-Anulares", considerados "identificados". Se obtuvieron los siguientes valores (para los 29 Agrupamientos u Oleadas):


            Agrupamientos          Casos de Agrupamiento           Casos del registro            Oleadas 
            (Oleadas)                               Cantidad                                       %                            s/29  (%)
            Clasificación
         Grandes                        + 85                                         60,39                            24,1
         Medianas                   85 - 55                                         7,5                                6,9
         Chicas                     55 - 25                                       11,86                           31,0
         Muy chicas                    - 25                                        20,8                             37,9

Las Oleadas Grandes se reparten en el Registro, notándose una falta a comienzos (antes de 1964) y una recurrencia hacia el final (después de 1993).

Las Medianas, de llamativa baja incidencia (7,5 %) se localizan en la primera mitad (hasta 1975).
Las Chicas, se reparten significativamente, en todo el registro, excepto, muy al comienzo (antes de 1963).
Las Muy Chicas, con relativamente importante incidencia, se ubican en todo el Registro; con cierta recurrencia al principio (antes de 1960). (Probable evidencia de un inicio gradual, más allá de una relativa  falta de denuncias).


La Actividad Solar y el fenómeno OVNI


Este es un aspecto tratado en la bibliografía de investigación, que en el desarrollo de la Ovnilogía ocupó alternativamente sitios destacados como factor de la actividad y también de baja consideración (las Oleadas Argentinas, 1978).

Como aconteció con otros parámetros y factores, esto ocurrió y aun seguirá ocurriendo (en otras proporciones) debido a la aún escasa información. Sin embargo, a raíz de los nuevos aportes citados al principio, vuelve a resurgir (tozudamente) como factor atenuante de la actividad. Se observa lo siguiente: los ciclos de Sol Activo (período de 11 años) son evitados por las Grandes Oleadas y cuando éstas ocurren en su proximidad, por ejemplo: el Agrupamiento '67-'68-'69, que se ubica inmediatamente antes del Máximo Solar '69-'70, entonces la segunda mitad del Agrupamiento aparece "deformado" (con casi ausencia de picos PD y PA).

Un caso similar se verifica con el Agrupamiento '78-'79, inmediatamente anterior al Máximo Solar '79-'80.

Y en el Agrupamiento 2000, poco antes del Máximo Solar '01-'02, todo el conjunto está deprimido; como "reducido de escala", conservando su aspecto topológico.

Aún más, la mayoría de las Oleadas Grandes, todas las Medianas y la mayoría de las Chicas y Muy Chicas, no coinciden con Máximos Solares. En cambio, con los Mínimos Solares no se observan correlaciones.


Discusión de algunos aspectos significativos.


– Se han advertido pocas pero representativas situaciones, en que dos Agrupamientos de Pulsos (Oleadas) se afectan entre sí; como que el advenimiento prematuro de un segundo Agrupamiento, condiciona al inmediato anterior; o mejor: que el desarrollo de un Agrupamiento, prevé en su desarrollo el futuro advenimiento de un Agrupamiento inmediato, que lo condicionará. Una curiosa situación en la cual el Fenómeno se afecta a sí mismo.

– La preponderancia del Modo Temprano (MTe) en la ubicación del PP, contribuye junto a la rápida escalada de los Picos Precursores y el gradual decaimiento de los Picos de Amortiguación, a la concreción de la forma de "diente de sierra" del Agrupamiento (la forma citada, presenta un rápido incremento inicial (agudo) y luego un gradual descenso).

– Las oleadas Muy Chicas presentan cierta alternancia con las Chicas; esto se hace muy evidente entre 1963 y 1993, particularmente, entre 1980 y 1993. (Otra evidencia del carácter pulsante).

– Resurge la correlación inversa con la Actividad Solar: a mayor actividad, menor manifestación del fenómeno OVNI.

Demás está señalar que las tremendas convulsiones de nuestra estrella generan toda clase de situaciones, procesos y efectos; visto así, no debería extrañar una correlación con el Fenómeno; ahora bien, ¿por qué la relación es inversa?.

El "viento solar", partículas y núcleos atómicos a alta velocidad, se suman a radiación de amplio espectro; inciden en la Tierra y en su entorno, la magnetósfera y la atmósfera, deformándolas, "soplándolas"... un verdadero caos. Por suerte, estamos a salvo de lo peor, debido particularmente a la magnetósfera que obra de escudo o moderador (aunque no de eficiencia total).

 El panorama es complejo; muchas de las correlaciones con fenómenos y efectos terrestres son "inversas" y otras tantas, "directas" y en general, bastante bien comprendidas.

La complejidad se advierte por ejemplo en que la flora y la fauna sufren alteraciones en su desarrollo, el clima se torna extremo y poco predecible, la ionósfera se agita... El ser humano entra por cierto, en las alteraciones del rubro "Fauna", faltando aún entender muchos de los efectos somáticos generados y casi todos los de orden psico-parapsicológicos... ¿acaso, el fenómeno OVNI por estar vinculado al espacio exterior es susceptible a la actividad solar?.

En definitiva, tenemos aún escasos conocimientos útiles para desentrañar las correlaciones Sol-OVNI.
En general, cuando esos hornos atómicos –las estrellas– se agitan, sus entornos se agitan también, recibiendo agresiones que, dependiendo del grado, destruyen o degradan para en ocasiones permitir nuevas construcciones...

Por cierto: Vida, ¡abstenerse!, ya que ésta es tan lábil que desaparece en el primer intento. ¿Será ésta la pista que nos lleve al fenómeno OVNI?.

– Surge la evidencia de una actividad prácticamente continua del fenómeno OVNI, sólo que modulada en forma de "grandes pulsos" –los Agrupamientos– de diversa intensidad, pero gran constancia estructural y fáctica.

Esto lleva "agua para el molino" de los científicos ortodoxos (en particular de la Astronomía) que sostiene la casi imposibilidad de que civilizaciones crucen el Cosmos para venir a visitarnos... y menos siquiera, ¡con alguna frecuencia!. Claro que ellos no contemplan la posibilidad de "estructuras cósmicas", "dimensiones", que permitan otro tipo de viajes.


Conclusiones

– La actividad OVNI es prácticamente continua en "nuestro entorno", pero con la característica manifestación pulsante (Agrupamientos de Pulsos u Oleadas) de variada intensidad. Por ello es atinado hablar de Fenómeno Extrahumano y no, Extraterrestre.

– El fenómeno se muestra en su actividad, de gran constancia y entidad.

– Surge evidente un Período de ocurrencia de Agrupamientos de Pulsos (Oleadas) de 1,64 años.

– Consideradas como eventos, las Oleadas son mayoritariamente de la clase "Muy Chicas", siguiéndoles de cerca las "Chicas" y distantes las "Grandes" y "Medianas".

Curiosamente, las distribuciones de Casos por Clase de Oleada y la Cantidad de Clases de Oleadas, que estarían en total relación inversa (lo que sería lógico: "pocas Oleadas Grandes, pero que tienen muchos Casos"); pero llamativamente, la categoría "Medianas" rompe la tendencia en las distribuciones. Es como si el fenómeno se manifestara polarizando en Grandes y Chicas, con predominio de estas últimas.

– Es significativa la alternancia entre Oleadas "Muy Chicas" y "Chicas".

– La ocurrencia de alteraciones en la estructura (topología) de la segunda mitad de un Agrupamiento de Pulsos (Oleada) suele preanunciar el advenimiento adelantado del siguiente Agrupamiento.

– La Actividad Solar tiende a aparecer en relación inversa con la actividad OVNI.


Nota del Administrador: Este trabajo va acompañado de un gráfico estadístico sobre la Actividad del Fenómeno Ovni que por su extensión no podemos incluir aquí. Sin embargo pueden accederlo en el siguiente enlace de nuestro sitio web: http://www.elistas.net/lista/afr/ficheros/10 .


Bibliografía del autor asociada al artículo

- Las Oleadas OVNI argentinas  10/78
- La Oleada OVNI de 1968  5/83
- El Flap de febrero del '80   4/84   Ufopress número 21
- Los ciclos de la actividad del fenómeno OVNI     4/94   Revista Investigando número 56; Boletín de Ovnilogía número 7
- Elementos estructurales en las manifestaciones de la actividad del fenómeno OVNI   7/95   Archivo RAO ; Boletín de Ovnilogía número 12
- La gran Oleada 94-96      2/97    Boletín RAO número 23; Boletín de Ovnilogía número 19
- La gran Oleada 94-97      3/98    Boletín RAO número 28; Boletín de Ovnilogía número 22.


                                                                                                                                                                                                        

EXPERIENCIAS DE ABDUCCIÓN ALIENÍGENA STUART APELLE, STEVEN JAY LYNN, AND LEONARD NEWMAN (EN RELACIÓN CON LOS RESULTADOS INICIALES DEL PROYECTO DEMETER-PERSEFONE)

ALGUNAS CONSIDERACIONES DEL FENÓMENO ABDUCTIVO EXTRAIDAS DE OTROS ESTUDIOS[1]


EFECTOS POSTERIORES

Los análisis de Bullard (1987, 1994) revelaron un número de condiciones físicas reportadas como consecuencias inmediatas de una EAA. Estas incluyen las siguientes lesiones- cortes, cardenales, raspaduras, heridas punzantes (11casos); problemas en los ojos y problemas de visión- quemaduras, ojos inflamados o con derrames o regueros, irritación, conjuntivitis, sensibilidad a la luz, dilatación de pupilas, visión deteriorada o nublada (22 casos); piel quemada e irritación-“como quemadura solar” o enrojecimiento de la piel, ampollas,picazón, rash (23 casos), dolor gastrointestinal- nausea, diarrea, constipación, dolor gástrico (13 casos); problemas de equilibrio y coordinación- balance, desorientación, desmayos (14 casos): y sed y deshidratación (12 casos). Los efectos físicos posteriores intermedios y a largo plazo incluye 13 ejemplos en los cuales el protagonista afirma haber sido curado de alguna dolencia preexistente, 5 ejemplos de pérdida de peso, y 9 casos de condiciones recurrentes como problemas en la piel o en el equilibrio, que siguieron inmediatamente a la EAA.
Entre los efectos posteriores reportados por Bullard (1987, 1994), fueron comunes el temor, la anticipación, la ansiedad, y las pesadillas recurrentes. Estas y otras características similares han sido descriptas como consistentes con el trastorno por estrés postraumático (Laibow & Laue, 1993; Powers, 1994a; J. Wilson, 1990).


MARCADORES BIOLÓGICOS

Excepto por los múltiples casos de abducción (en los cuáles más de una persona afirma haber estado involucrada en una abducción), no ha existido casi ningún caso en el cual un individuo ha sido observado durante el período de tiempo en el cual él o ella han reportado que la EAA ha ocurrido. Así, la condición de un protagonista de una abducción, en el momento de una EAA es desconocida, y las especulaciones acerca de las concomitancias de una EAA podrían ser hipotéticas. Por ejemplo las teorías causales de alteración del sueño, experiencias relacionadas con hipnosis, labilidad lóbulo-temporal, o tecnología alien, cada una de estas corrientes nos lleva a su propia y única predicción acerca de las características de un estado psicofisiológico de un protagonista. En la ausencia de condiciones controladas para generar y observar una EAA, cada especulación permanecerá sin testear, aunque los antecedentes de las condiciones podrían posibilitar la manipulación experimental.


Tendencia a la fantasía

Rodeghier , Goodpaster y Blatterbauer (1991) evaluaron tendencia a la fantasía con el  Inventario de Recuerdos Infantiles e Imaginación (ICMI o Inventory of Childhood Memories and Imaginings; C.S. Wilson & Barber, 1983b), un instrumento adaptado de otro usado por  S.C. Wilson y Barber en su estudio inicial de personas con propensión a la fantasía. Rodeghier  y col. No encontraron diferencias entre los puntajes del ICMI para su grupo de EAA y para los de una muestra randomizada de  población.
Similarmente, Spanos, Cross, Dickinson y Dubreuil (1993) no encontraron diferencia estadística en o entre grupos  EAA y de no EAA en la tendencia a la fantasía medidos por el ICMI, Ellos, sin embargo, encontraron una correlación entre puntajes del ICMI y de la escala de Intensidad de la Experiencia (Intensity-of-Experience scale). No obstante incluso para el grupo de personas que reportó “experiencias intensas” (p.e., tiempo perdido y comunicaciones con aliens), el puntaje medio fue sólo 22.4, un puntaje que es el rango medio de la distribución de la población general (Lynn & Rhue, 1988), llevando a Spanos y col. (1993) a concluir que sus “encuentros contradicen claramente la hipótesis de que los informes... ocurren primariamente en individuos que tienen alta tendencia a la fantasía”(p. 629).
Sin embargo, es prematuro concluir que la tendencia a la fantasía, no está asociada con las EsAA. Primero, los estudios en esta área tienen limitaciones metodológicas (p.e., mediciones invalidadas ad hoc y muestras de pequeño tamaño) que evitan conclusiones fuertemente desviadas. Segundo, es cuestionable, si alguno de los participantes de la investigación de Spano y col. afirmaban tener experiencias clásicas de abducción, limitar la potencial relevancia de estas investigaciones a la tendencia a la fantasía y EsAA. Tercero, los sujetos en dichos estudios estaban indudablemente conscientes de  que muchos de los marcadores de los marcadores de la propensión a la fantasía podrían indicar desviación o psicopatología (ver Lynn & Rhue, 1988). Por consiguiente, las características o experiencias asociadas con tendencia a la fantasía podrían no ser reportadas en situaciones que dispararan respuestas socialmente deseables, resultando en una desestimación de las correlaciones entre propensión a la fantasía y EsAA (Newman & Baumeister, 1996a). Ahora, la hipótesis de la tendencia a la fantasía merece una atención extensa en el contexto de estudios más rigurosos que tomen en consideración las limitaciones metodológicas de investigaciones previas, incluyendo la posible operación de juegos de respuesta que moderen la relación entre tendencia a la fantasía y EsAA. En conclusión, la idea de que la tendencia a la fantasía está asociada con reportes de abducciones alienígenas permanece como una plausible pero aún no bien confirmada hipótesis.



Déficit  de Personalidad Fronteriza

Hartmann (1984) encontró que individuos con una historia de frecuentes pesadillas comparten una constelación de rasgos caracterizados por una débil discriminación entre categorías cognitivas básicas como  el sí mismo o el no sí mismo, fantasía y realidad, y experiencias de sueño y despertar. Estos delgados “límites” se muestran como resultados en individuos quienes son sensitivos, artísticos, empáticos, vulnerables, imaginativos, quienes tienen un débil sentido de identidad personal o sexual, y que tienen dificultades distinguiendo períodos de tiempo, o quienes son percibidos por otros como “diferentes”.
Sobre la base de los constructos de Hartmann sobre límites delgados, Kottmeyer (1988)  defendió que las características de lo que él denominó Déficit de personalidad Fronteriza, también describe al protagonista de una abducción. Spanos y col. (1993) administraron un número de escalas relevantes a la hipótesis de Kottmeyer y encontraron que comparados con los puntajes de los participantes control,  los grupos de protagonistas de encuentros cercanos/OVNI de Spano y col. Mostraron la más alta autoestima, la más baja esquizofrenia, el más alto bienestar, la más baja aberración perceptual, la más baja percepción de un mundo hostil, la más baja agresión, y ninguna diferencia en potencia social. Es más, Spanos y col. No encontraron diferencias entre el grupo control y el de los participantes de encuentros cercanos, en las mediciones de absorción, tendencia a la fantasía, y propensión imaginativa, todos los cuáles deberían ser elevados de acuerdo a la teoría del  déficit fronterizo, o de límites delgados.
Cada uno de estos hallazgos es también inconsistente o claramente opuesto a aquellos que predicen el déficit fronterizo o de límites delgados. Sin embargo, otros estudios han encontrado características de los protagonistas de EAA consistente con el déficit de personalidad fronteriza. Estos incluyen un sentido débil de identidad personal o sexual (Slater, 1985), tendencias esquizoides (Parnell & Sprinkle, 1990), mayor sensibilidad a realidades no ordinarias (Ring y Rosing, 1990), y un alto rango de reportes de intentos de suicidio (Stone-Carmen, 1994). Así, el lázo entre déficit fronterizo y los reportes de abducción garantizan atención contínua.


PSICOPATOLOGÍA

Los trastornos psicológicos que podrían considerarse para las EsAA incluye lo siguiente: psicosis (incluyendo alucinaciones e ilusionas), folie-á-deux (síntomas psicóticos compartidos producidos por una cercana relación entre los percipientes), reacciones de conversión (p.e., parálisis motora no explicada por una condición médica y asociada con factores psicológicos), manifestaciones fisiológicas de naturaleza psicosomática (p.e., marcas, manchas, y decoloraciones de la piel), trastornos disociativos (amnesia, fuga, y otras condiciones resultantes de tiempo perdido, distorsión temporal, y desorientación), trastorno disociativo de la identidad (el cual se suma al “tiempo perdido”, puede caracterizarse por mensajes desde/o de  identidades duales”), y el síndrome de Munchausen (daño inflingido al self o falsas afirmaciones de sintomatología física). Sin embargo, mientras la sicopatología es indicativa en algunos de aislamiento, los casos de EAA,  valorados tanto por la examinación clínica como por  pruebas estandarizadas, han mostrado que, como grupo, los protagonistas de abducciones no se diferencian de la población general en términos de prevalencia psicopatológica.
Bloecher, Clamar, y Hopkins (1985) discutieron los hallazgos de Slater (1985), quien hizo una evaluación “ciega” de 9 protagonistas de abducciones. Usando el Test de Rorschach (Rorschach Test) y el Test de Apercepción Temática (Thematic Apperception Test), Slater no encontró evidencia por la cual las EsAA reportadas podían ser consideradas dentro de la base de un trastorno mental. Similarmente, Jacobson y Bruno (1994) examinaron  narrativas de EsAA de 12 individuos y no encontraron elementos narrativos que pudieran sugerir “algún síndrome psiquiátrico actualmente reconocido”(p. 306). No obstante, los registros hospitalarios mostraron que 2 participantes tuvieron una enfermedad psiquiátrica mayor en la época de su EAA, ilustrando el peligro en el uso de métodos de valoración indirectos.
Parnell y Sprinkle (1990) usaron el Inventario de Personalidad Múltiple de Minnesota (Minnesota Multiphasic Personality Inventory o MMPI) para testear a 200 participantes quienes reportaron experiencias OVNI. Aunque los autores concluyeron que “ninguna otra patología visible fue indicada” (p. 45), una examinación más cercana de sus datos sugiere que entre aquellos participantes quienes describieron comunicación con entidades, algunos han tenido puntajes sobre ciertas escalas del MMPI (p.e., escala 8, la cual evalúa tendencias esquizofrénicas) que podrían ser consideradas dentro de un rango anormal. Sin embargo, porque la escala 8 incluye algunos ítems que podrían definir la experiencia de abducción, este hallazgo es difícil de interpretar. En un estudio similar, Rodeghier y col. (1991) usó la MMPI-2 para evaluar a 27 protagonistas de abducciones. De nuevo, ninguna patología manifiesta fue indicada para el grupo entero, pero los hallazgos fueron sugestivos para varios individuos en la muestra.
Mack (1994) estudió a 76 protagonistas de abducciones, y proveyó detalles de 13 casos estudiados. Mack concluyó que sus informes  podrían no ser explicables en términos de sicopatología. Spanos y col. (1993) comparó un grupo control  con 49 personas que habían reportados experiencias OVNI relatadas. Los reportes OVNI fueron divididos en aquellos que meramente vieron luces no identificadas y aquellos quienes habían tenido encuentros cercanos más elaborados. Los autores encontraron que su grupo de encuentro no obtuvieron puntajes más bajos que el grupo control sobre algunas de las múltiples mediciones de salud psicológica que fueron administradas.
Concluyeron que sus hallazgos “no proveen sustento en absoluto para las hipótesis de que los reportes OVNI son el resultado de sujetos psicológicamente perturbados” (p. 628) y “la carga está sobre aquellos que favorecen la hipótesis psicopatológica para sustentarse por ella” (p. 629).
A pesar de estos hallazgos, la implicación de normalidad general puede ser engañosa. “Normalidad” puede entenderse en el sentido clínico como “no patológica” o en un sentido estadístico como “no significativamente diferente del promedio”. Desde una perspectiva clínica, los datos son lejos inequívocos: la mayoría de las EsAA no pueden ser consideradas en términos de conocimiento psicológico como trastornos ni medidos tests psicométricos estandarizados o ser interpretados por medios de la historia terapéutica y personal del protagonista.
Sin embargo, un número de estudios han mostrado que los protagonistas de abducciones no son representativos de la población general. Por ejemplo, Parnell y Sprinkle (1990) encontraron que los participantes que afirmaban tener comunicación con aliens tenían una tendencia a tener sentimientos inusuales, pensamientos, y actitudes; fueron suspicaces, desconfiados, e imaginativos; y tenían tendencias esquizoides. Ring y Rosing (1990) encontraron que sus participantes reportaron más sensibilidad a  “realidades no ordinarias” como los niños. Rodeghier y col. (1991)  los encontró más soledad, menos felicidad, modelos de sueño más pobres en los sujetos.




PROBLEMAS CLÍNICOS Y RIESGOS

Los practicantes de la salud mental deben sentirse libres de ejercitar sus responsabilidades profesionales con sus pacientes quienes tienen necesidad de sus servicios, para no exacerbar los sentimientos de rechazo e impotencia del cliente y perpetuar las sanciones sociales y profesionales contra la experiencia. Con esto en mente, los riesgos de proveer terapia pueden ser minimizados y los resultados positivos asegurados, cuando el foco del tratamiento se relaciona con clientes educados acerca de posibles explicaciones para la EAA, alentándolos a comprender a la EAA en términos de su significado en su vida, y por otra parte trabajar en estrategias de cobertura y trascender la inevitable incongruencia acerca de la realidad objetiva de las EsAA. Por supuesto, cualquier tratamiento debería incluir una valoración completa  por posibles antecedentes de condiciones que provengan de anormalidades psicológicas u orgánicas.


TEORÍAS


En nuestra discusión de potenciales factores predisponentes de las EsAA, hemos presentado un número de teorías y explicaciones. Sin embargo, otro número de teorías han sido presentadas, las que merecen una discusión.


Fraudes

La explicación de fraude sugiere que los reportes de abducciones alien no son descripciones honestas de experiencias pero sí historias hechas deliberadamente para engañar. Es asumido generalmente que la motivación para dicho engaño está en la oportunidad de recompensa monetaria o psicológica (p.e., grupos de apoyo, shows televisivos, y conferencias) al permitirse dichas historias. Sin embargo, al tomar ventaja de dichas oportunidades, el protagonista de una abducción debe hacer pública la experiencia, y el protagonista que se dirige a un público es una rareza. Es mucho más común, asegurarse el deseo de anonimato.
Por otro lado, la falsedad deliberada puede ocurrir en ausencia de incentivos normales para el engaño. El término trastorno facticio, artificial o ficticio (también conocido como hipocondría) se aplica a individuos quienes fingen  enfermedad física o psicológica en donde “la motivación para el comportamiento es la de asumir el rol de enfermo”(Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales,  4th ed.; Asociación de Psiquiatría Americana, 1994, p. 474). Así es que, la necesidad psicológica de ser paciente es, en sí misma sintomática de un trastorno.
A pesar de algunos paralelismos con la experiencia de abducción, hay un número de características de trastorno facticio que la hacen un improbable fuente de fraude de abducción. Individuos con trastornos facticios tienen probabilidad de tener una extensa historia de hospitalizaciones o intervenciones de tratamiento; son extremadamente resistentes a abandonar el rol de pacientes; son renuentes, vagos e inconsistentes cuando se les pide proveer información en detalle. Este y otros diagnósticos diferenciales no son característicos de la vasta mayoría de protagonistas de abducciones.




Teorías psicoanalíticas y psicodinámicas

Se ha sugerido (Sagan, 1995; Vallee, 1969) que temas similares aparecen en sucesos de abducción tanto del folclore  histórico (p.e., relatos de encuentros con hadas, duendes, ángeles) como contemporáneos. Algunos han argumentado que esto indica un origen común en el inconsciente humano (para una discusión de la dimensión folclórica de los episodios de abducción, ver Bullard, 1991). Un número de teorías psicoanalíticas ha sido propuesto para explicar la manifestación de dichos procesos en la EAA.
Una teoría está basada en la correlación entre EsAA reportadas y reportes de abuso infantil (p.e., Laibow & Laue, 1993;  Powers, 1994a, 1994b; Ring &  Rosing, 1990; Rodeghier y col., 1991). Algunos teóricos han sugerido que esta correlación refleja los abusos infantiles manifestándose como una pantalla (falsa) de recuerdos de abducción alien. Powers (1994a) sugirió que la EAA cumple esta función porque la abducción por aliens “es menos estresante que confrontar los traumas de abuso infantil perpetrado por parientes o amigos familiares” (p. 49), y “reinterpretar la experiencia [de abuso infantil temprano] como una selección con semejanza a un gran propósito [p.e., para los objetivos cósmicos de los aliens] y poder restaurar significado a sus vidas amenazadas por recuerdos traumáticos” (Powers, 1994b, p. 46).
Se han presentado teorías alternativas. Lawson (1984, 1985) argumentó que la EAA es la representación inconsciente de la experiencia de nacimiento”; Stacy (1992) sugirió que la EAA es “ un revivir de la experiencia del aborto”, y Grosso (1985) extendió las EsAA a la posición de Carl Jung (1959) de que algunos”encuentros con “platillos volantes”  podrían ser una manifestación de imaginería arquetípica asociada con el inconsciente colectivo. Ninguna de estas teorías ha sido probada adecuadamente.
Finalmente Evans (1989) sugirió que algunos estados alterados únicos, podrían proporcionar material inconsciente que emerge a la conciencia en la forma de una EAA. En esta consideración, Bullard (1987) describió 11 casos (fuera de los 270 que él evaluó) que podrían relejarse como una ocurrencia. Él se refirió a estos casos como “ una abducción psíquica” durante la cual el estado alterado “podría ser un disparador de la conciencia... pasando desde el inconsciente... . El individuo se desliza en este [estado alterado] desprevenido y no preparado a creer que [esto es] responsable de la vívida y extraña  pseudorealidad de la experiencia” (p. 361). Sin embargo valida la explicación de los estados alterados tal vez para algunas de las EsAA, los casos de Bullard representan sólo el 4% de la muestra. Es improbable que los estados alterados ocurran para una significativa proporción de reportes de abducciones.


Efectos electromagnéticos

Las respuestas anómalas a los campos electromagnéticos han sido sugeridas como una causa de la EAA. Budden (1994)  consideró dichas respuestas como una consecuencia de reacciones alérgicas al ambiente de campos eléctricos de líneas de fuerza y equipos electrónicos. Persinger (1990) consideró a ellas como una manifestación de una actividad especial de  labilidad lóbulo-temporal en respuesta a los efectos de un estrés tectónico (una condición que él defendió como una propagación de campos electromagnéticos).
Sin embargo, la presencia de dichos campos durante las EsAA no ha sido demostrada, ni  la prevalencia de actividad lóbulo-temporal entre protagonistas de abducciones ha sido b establecida. Spanos y col. (1993) evaluaron la labilidad lóbulo-temporal con una subescala de 52 ítems de lóbulo-temporal  del Inventario de Filosofía Personal (the 52-item temporal-lobe subscale of the Personal Philosophy Inventory), un instrumento diseñado  por Persinger y Makarec (1987) especialmente para medir este rasgo. Usando los propios instrumentos de Persinger y Makarec, Spanos y col. No encontraron diferencias entre los participantes del grupo control y los protagonistas de abducciones.


Hipótesis extraterrestres (ET)

Quizá la más provocativa explicación de las EsAA es  que al menos algunas de ellas son esencialmente reportes verídicos de actuales abducciones por entidades ET. Los críticos de estas hipótesis han sostenido que en la ausencia de una prueba tangible (p.e., evidencia física indisputable de contacto alien, artefactos de una civilización alien, y contacto directo de una civilización alien con autoridades) requiere que la hipótesis ET sea destituida. Sus defensores toman la posición deque una interpretación verídica de la EAA es consistente con sus características reportadas. Además, ellos puntualizan en la consistencia de los acontecimientos, puntualizando en su muy específicos detalles. Por ejemplo, Jacobs (1992) consideró “la más fuerte evidencia presentada [siendo]... la congruencia de la narrativa y la riqueza de los detalles exactos” (p. 239). En  una vena similar,, sobre la base de análisis exhaustivos de contenido de la EAA, Bullard (1987) concluyó que “ni un accidente, fraude o azar, o fantasía puramente personal podría explicar razonablemente tanta consistencia a lo largo de este regular cuerpo de reportes” (p. 353). En su más reciente análisis, Bullard (1994) notó que los prominentes y oscuros elementos de la EAA son consistentemente reportados por los investigadores: “el rango de las diferencias entre los mayores rasgos y los modelos principales es realmente estrecho... . Los reportes de abducciones parecen converger hacia una unidad de contenido independientemente del investigador” (p. 615).
Aunque la consistencia está bien documentada, la fuente de dichas consistencias es aún sujeto de debates. Por ejemplo. Kottmeyer (1989) sostuvo que la producción de fantasía podría fácilmente perfilarse sobre de lectura disponible en la cultura media popular. Previamente, hemos citado los datos que implicarían que las narrativas que circulan ampliamente en la cultura podrían tener similitudes con los acontecimientos de los reportes de abducción. Otros argumentos que se han erigido en apoyo de una interpretación verídica de las EsAA incluye testimonios corroborativos de niños pequeños (Hopkins, 1994) y de múltiples protagonistas describiendo su participación en el mismo evento de abducción (Haines, 1994). Sin embargo, Ceci, Loftus, Leichtman, y Bruck (1994) citaron una evidencia corporal mostrando que los niños son particularmente susceptibles a atribuciones falllidas de información proveniente de otros como su propia experiencia, el error de múltiples participantes en una abducción común puede ser en mucho, un asunto que debe resolverse por la metodología de un detective así como por científicos o clínicos. De alguna manera, el debate que rodea la veracidad de dichas experiencias no es tan simplista como podría imaginarse y está más allá del alcance de este capítulo. Aquellos interesados en examinar esta controversia en gran profundidad deben referirse a Apelle (1996).


PROBLEMAS METODOLÓGICOS

El fenómeno de la EAA no sufre de una falta de hipótesis pero sí de una falta de investigación persuasiva. Muchos teóricos tanto los parsimonistas como los objetivos están avanzando hacia la explicación de la EAA. Pero ninguna de estas teorías han sido apoyadas por la literatura o han sido adecuadamente estudiadas. Indudablemente, los problemas metodológicos en esta área son legión. Así como notamos previamente, muchos de los estudios revisados se apoyan en ejemplos muy pequeños y análisis retrospectivos de datos biográficos. Ellos no usan entrevistas estandarizadas o procedimientos de prueba con propiedades psicométricas establecidas y son por consiguiente vulnerables a potenciales prejuicios de los expertos. Ellos también no tienen cuidado de establecer la existencia de trastornos psicológicos o diagnósticos psicológicos por procedimientos viables. Además no está siempre claro si las personas que son incluidas en un estudio particular tienen una clásica experiencia de abducción o simplemente han tenido la experiencia de ser testigos de un OVNI o un alien.
Aparte se unos pocos estudios sobre la prevalencia de las EsAA hechos por investigadores de campo, así como los estudios conducidos con poco o ningún rigor metodológico, muy poco es conocido acerca del número y naturaleza  de las personas que presentan EsAA  en la comunidad psicológica general y en la población en general. Virtualmente no se conoce si las personas que se presentan a su terapeuta con experiencias consistentes con las EsAA o quienes reportan un formato pleno de narrativas de EAA son representativos de la población de personas quienes han tenido EsAA dentro de la comunidad general.
Las preguntas que se erigen acerca de la validez de las respuestas de los protagonistas de EsAA apuntan a medir la relevancia de las diferentes explicaciones de la experiencia de abducción.
Una vez que ellos declaran haber tenido experiencias de  EsAA, los protagonistas de abducciones pueden ponerse a la defensiva o estar altamente comprometidos en sus creencias y su estatus de “abducidos”, lo cual pueden engendrar desvíos en sus respuestas que distorsionen sus puntajes en las mediciones de psicopatología, tendencia a la fantasía, y escalas de hipnotizabilidad.
Puede ser algo importante estudiar las circunstancias únicas y las autorepresentaciones relativas a los protagonistas de la EAA quienes son enfrentados con mediciones que podrían potencialmente desacreditarlos o invalidar su propia presentación en vez de estudiar la naturaleza de sus experiencia.
Desafortunadamente, aún no hay estudios que manejen las características distintivas de un escenario experimental y de la forma en que las escalas experimentales son presentadas a los protagonistas de EsAA. Si las autorepresentaciones involucradas fueran exaltadas en los reportes de los protagonistas de abducciones para los investigadores, entonces las respuestas a las mediciones como tendencia a la fantasía podría esperarse discrepancias como una función de que los participantes fueron informados de la escala en la que fueron medidos (p.e., sicopatología vs. Imaginación). Es claro que las escalas con validez y sutileza establecida indican que pueden detectarse juegos de respuestas específicos, así como una tendencia a negar o minimizar síntomas, podrían incluirse en los estudios en los estudios de los protagonistas de abducciones.
Varios teóricos han enfatizado el rol de la terapia y los terapeutas en la producción de reportes de EAA. Sin embargo, sabemos poco acerca de cómo los terapeutas manejan actualmente dichos reportes y a los protagonistas de abducciones en situaciones terapéuticas. Porque el uso de hipnosis es a menudo sobreimpuesto en la extensa dinámica de la psicoterapia, el rol específico de la hipnosis en el tratamiento no ha sido aislado. Una investigación conducida en esta área debe considerar tanto las percepciones como los comportamientos del cliente y el terapeuta en un informe completo de lo que  se desprende en la psicoterapia. Este es un esfuerzo complejo y desafiante.


CONSIDERACIONES

En una revisión de la literatura sobre la EAA, a menudo aparece que lo parsimonista es mucho mas acreditado que el criterio en contra de las explicaciones de la EAA cuando son comparados. La parsimonia es un valor del desarrollo y el peso de las hipótesis, pero no es, como algunos de los teóricos de la EAA podrían pensar, la defensa definitiva de una hipótesis. Esto debe establecerse a través de un proceso de prueba. Así es como la literatura de la EAA ha establecido la validez o falsedad de cualquier hipótesis en desarrollo.
Se ha sostenido que no hay una explicación simple ya considerada para la EAA porque el fenómeno es multicausal, y la EAA en general, puede ser explicada considerando todas las prosaicas explicaciones en su forma más completa. Por ejemplo. Si sólo un reporte de abducción es falso y solamente son el resultado de patología, fantasías, anomalías del sueño, y demás en su totalidad, esta explicación dispar puede constituir una explicación completa (p.e., informes de todas las variaciones en los datos). Sin embargo, los datos existentes sugieren que cada explicación, por sí misma, puede ser considerada solo para una limitada proporción de todos los casos, y que aún en el agregado, ellos fracasan en llegar a una completa explicación.
La noción de que la EAA  es multicausal nos guía a una posibilidad adicional: a saber, que se requiere una constelación de factores presentes en un individuo (p.e., una persona debe tener tanto tendencia a la fantasía como un trastorno del sueño). Aunque esta aproximación puede también fracasar en proveer una completa explicación, hay mucho que aprender en estudiar la interacción de variables. Esta aproximación sinérgica podría examinar que la combinación de variables o mediciones, y que las circunstancias específicas, son más efectivas en predecir los reportes de EAA. La tendencia a la fantasía, por ejemplo, podría no ser una variable relevante a menos que esté combinada con alta sugestionabilidad en el contexto de una persona que cree que los alienígenas abducen regularmente a los humanos, que tiene experiencias de sueño anómalas, y que busca a un terapeuta que refuerce la creencia de que dichas experiencias pueden ser informadas en los términos de un escenario de abducción.
Las teorías disponibles de las EsAA deberían ser consideradas como provisionales e incompletas. Se podría cuestionar mucho de una teoría o de una combinación de variables identificadas como datos de acontecimientos por los detalles, riqueza, y aspectos idiosincráticos de una EAA individual. Al mismo tiempo, no todas las hipótesis permanecen siendo tan viables como otras, o son fuertemente sostenidas por evidencia empírica. Por ejemplo, nuestra revisión encuentra solo un mínimo sostén de ciertas hipótesis como la del déficit de personalidad fronteriza y la relación entre las EsAA y la sicopatología. Por otro lado, la hipótesis de que las EsAA están asociadas con influencias del medio, guiones culturales, expectativas, y las influencias formativas de los procedimientos sugestivos merecen atención por la considerable base de datos documentando el rol influenciante de estas variables en la extensa literatura psicológica.
Si las hipótesis ofrecidas hasta ahora, no pueden explicar completamente la EAA en términos prosaicos, deberían ser requeridas explicaciones más esotéricas. Lo más prominente en esto es que la EAA es verídica. Pero aquí nuevamente, no hay evidencia sólida que sostenga esta explicación. Y en ausencia de dicha evidencia, el debate sobre la credibilidad produce tirantez en muchos frentes. No obstante, podríamos hacer bien en tener en mente la definición de Meachan de “sabiduría” (citada en Seppa, 1997, p.9) y “mantener la actitud de que el conocimiento es falible y esforzarse en lograr un balance entre el conocimiento y la duda”. Respecto a esto, el estudio de las EsAA podría hacernos a todos un poco más sabios.


[1] EXPERIENCIAS DE ABDUCCIÓN ALIENÍGENA STUART APELLE, STEVEN JAY LYNN, AND LEONARD NEWMAN

ANÁLISIS Y ESTADÍSTICAS DE UFO TRACKER DE AVISTAMIENTOS OVNI, EAA, Y VDD RELACIONADOS CON ACTIVIDAD GEMOMAGNETICA Y SOLAR (MUESTRA 2010)

Parámetros de Actividad Solar y Geomagnetismo


Empleamos los promedios planetarios representativos de la actividad Solar (Número de Manchas y Nivel de Radiación) y de los niveles geomagnéticos (Kp y Ap).
Kp: Es el promedio planetario medido cada 3 hs. del grado de alteración del campo Geomagnético producido por las tormentas solares y sus niveles de radiación. A nivel general afecta al comportamiento de la Ionósfera e indirectamente, a la propagación de las ondas electromagnéticas.
Ap: Es el promedio planetario diario del valor del campo magnético terrestre. Afecta directamente al escudo protector de la Tierra permitiendo mayor o menor penetración de las radiaciones del espacio exterior.
A nivel humano, ambos parámetros afectan las percepciones y el comportamiento.
A nivel de la vida en el planeta, la actividad solar interactúa con los movimientos del Núcleo Terrestre y sus consecuencias directas (sismos, tsunamis, etc.).



¿Cómo trabajamos con UFO Tracker?

          Tomamos los datos y los tabulamos tratando de agrupar un dato único por campo.
            Agregamos los campos adicionales de Ap y Kp y descartamos los registros incompletos.
            Con la base armada de esta forma se crearon tablas auxiliares para volcar el resultado de los filtros aplicados.
            Finalmente, conseguimos un conjunto de gráficas de las cuales las más importantes son las que relacionan los valores Ap y Kp con la cantidad de casos registrados.



 Tanto el valor Kp (en el momento de la experiencia) como el valor Ap (diario) supera el 95% en todos los casos



DISTRIBUCIÓN DE AVISTAMIENTOS Y EXPERIENCIAS DE ENCUENTROS MENSUAL 2010
 


Los picos más alto de actividad corresponden a los niveles más bajos de actividad geomagnética y solar

RESULTADOS INICIALES COMPARATIVOS DEL PROYECTO DEMETER-PERSEFONE




 Se puede observar coincidencia entre ambos tipos de experiencia en los siguientes items:

1- Recuerdo de detalles
2- Segmentos de tiempo faltantes
3- Comunicación y mensaje de las entidades
4- Estrés
5- Marcas

En ambos casos cabe señalar que la actividad geomagnética y solar baja se da en la generalidad de las muestras de ambos tios de experiencias.
La actividad EM curiosamente aparece en mayor grado en las VDDs.







Se puede observar coincidencia entre ambos tipos de experiencia en los siguientes items:

1- Percepciones visuales inusuales
2- Reevaluación de vida
3- Hiperalerta
4- Audición aguda
5- Oir voces
6- Aumento en el rendimiento intelectual 


Se puede concluir que la actividad del cortex prefrontal se halla aumentada (coincidiendo con el trabajo de Donn y Mouras).
Las percepciones visuales inusuales muestran actividad de los lóbulos temporales.
La reevaluación de la vida es un proceso de deconstrucción y reestructuración cognitiva que involucra tanto actividad de los lóbulos temporales como prefrontales

 



Se puede observar coincidencia entre ambos tipos de experiencia en los siguientes items:

a) Negativos:

1- Desinterés
2- Angustia 
3- Terror


Cabe evaluar el estado de estrés postraumático que deja la experiencia en los sujetos. Una de las características de los procesos postraumáticos es que dejan como residuo estadios depresivos temporarios (desinterés).
La angustia y terror son propios y característicos de estos tipos de experiencia e involucran actividad emocional disparada por los lóbulos temporales.




b) Positivos


1-  Paz (sobre todo en VDDs)
2- Euforia gozo y plenitud (en EAAs)


La respuesta emocional positiva involucra una actividad conjunta de los lóbulos temporales y prefrontales, entre otros, ya que es el producto del monto afectivo mediado por la valoración de la experiencia. El proceso de reestructuración de la personalidad debe ser considerado de manera relevante para comprender los próximos gráficos.


 


Se puede observar coincidencia entre ambos tipos de experiencia en los siguientes items:

1- Experiencias extracorporales
2- Comunicación con entidades


Si bien las coincidencias son más dispares hay que considerar en menor grado otro tipo de activdad paranormal que supera el 50%

1- Telepatía (en mayor grado)
2- Precognición
3- PK y poltergeist


La actividad de los lóbulos temporales solo explica parte del potencial PSI. Actualmente los investigadores serios de fenómenos paranormales no consiguen descubrir donde se halla ubicada la región cerebral donde se originan este tipo de fenómenos, cuya característica es trascender límites espacio-temporales y alterar los conceptos de materia y energía.
Muchos investigadores de distintas partes del mundo confirman que este tipo de episodios van acompañados de fenomenología paranormal.
Quizá esta evidencia pueda explicarse a través de la poderosa acción emocional y espiritual (por así decirlo) del proceso.
Las experiencias extracorporales son característica del estado de trance en sus dos modalidades: extático (actividad Teta de 7 a 10 hz) y de hiperexcitación (actividad B+ aumentada/superconciencia de 40+ hz)


 





Se puede observar coincidencia entre ambos tipos de experiencia en los siguientes items:

1-  Valores éticos mejorados
2-  Sentido de propósito

Este tipo de experiencias parece generar en los sujetos respuestas al sentido de la vida y el sentimiento de formar parte de algo más grande e importante que los eleva de la rutina diaria y les dá una dirección, un propósito, una reestructuración hacia valores más éticos.







Se puede observar coincidencia entre ambos tipos de experiencia en los siguientes items:

1- Fé profunda
2- Rol en la vida
3-Sentido trascendente
4- Bienestar espiritual

Desde la visión traspersonal este tipo de experiencias parece comunicar al sujeto con algo superior a sí mismo, otorgándole un sentimiento de bienestar espiritual, a evaluación de su papel en el Universo y un sentimiento de fé profunda.
Es altamente destacable que dichas experiencias espirituales no parecen estar conectadas con la imagen de un dios religioso o de alguna religión determinada, es más un proceso experiencial espiritual integrado, en donde el sujeto  contribuye y forma parte a su vez, del mismo.
El valor terapéutico del proceso es inmenso y altamente integrado, a pesar de que inicialmente resulta traumático.