David Cohen (New Scientist)
Los físicos han creado globos de plasma gaseoso que
pueden crecer, replicarse y comunicarse - cumpliendo la mayoría de los
requisitos tradicionales para las células biológicas. Sin el material heredado
ellos no pueden describirse como seres vivos, pero los investigadores creen que
estas esferas curiosas pueden ofrecer una nueva explicación radical de cómo
comenzó la vida.
La mayoría de los biólogos piensa que las células
vivientes surgieron de una compleja y larga evolución de químicos que tomo
millones de años y que comenzó desde moléculas simples a través de los
aminoácidos, las proteínas primigenias y formaron finalmente una estructura
organizada. Pero si Mircea Sanduloviciu y sus colegas en la Universidad de Cuza
en Rumania tienen razón, la teoría puede tener que ser completamente revisada.
Ellos dicen que el desarrollo celular como auto-organizacion puede ocurrir en unos
microsegundos.
Los investigadores estudiaron condiciones
medioambientales similares a aquéllas que existieron en la Tierra antes de la
vida empezara, cuando el planeta estaba envuelto en tormentas eléctricas que
causaron gases ionizados llamado plasmas que se formaron en la atmósfera.
Estos insertaron dos electrodos en una cámara que
contiene un plasma de baja-temperatura de argón - un gas en el que algunos de
los átomos han sido divididos en los electrones y iones cargados. Aplicaron un
alto voltaje a los electrodos y produjeron un arco de energía que se desplazó
por el espacio entre ellos, como un flash de relámpago en miniatura.
Sanduloviciu dice que esta chispa eléctrica causó
una concentración alta de iones y electrones que se acumularon en el electrodo
positivamente cargado que espontáneamente formó esferas (Chaos, Solitons &
Fractals, vol 18, p 335).
Cada esfera tenía un límite compuesto de dos capas -
una capa exterior de electrones negativamente cargados y una capa interna de
iones positivamente cargados. Atraparon así dentro del límite de la esfera un núcleo interno de átomos de gas. La
cantidad de energía en la chispa inicial delimitó su tamaño y tiempo de vida.
Sanduloviciu hizo crecer esferas de unos micrómetros a tres centímetros en diámetro.
DIVIDIRSE EN DOS
Una capa límite que confina y separa un objeto de su
ambiente generalmente es uno de los
cuatro criterios principales que define a las células vivientes. Sanduloviciu
decidió averiguar si sus células se encontraban con el otro criterio: la
habilidad de reproducirse, de comunicar información, y de metabolización y
crecimiento.
Él encontró que las esferas podían reproducirse
dividiendose en dos. Bajo las condiciones correctas estas también crecieron,
aumentando los átomos de argón neutro y dividiendose en iones y electrones hasta llenar sus capas al
límite.
Finalmente, estas podían comunicar información
emitiendo energía electromagnética y podrían hacer que los átomos dentro de
otras esferas vibren a una frecuencia particular. Las esferas no son el único
sistema de auto-organización que comparten todos estos requisitos. Pero ellas
son las primeras "células" gaseosas.
Sanduloviciu también piensa que ellas podrían ser
las primeras células de la Tierra y podrían surgir dentro de las tormentas
eléctricas. "probablemente la emergencia de tales esferas parece ser un
requisito previo para la evolución bioquímica," dice.
PROBLEMAS DE TEMPERATURA
Esta visión es una "de expansión de los límites
de la posibilidad," dice Gregoire Nicolis, químico físico en la
Universidad de Bruselas. En particular, él duda que las biomoleculas como el
ADN pudieran surgir a las temperaturas a las que las pelotas del plasma
existen.
Sin embargo, Sanduloviciu insiste que aunque las
esferas exigen altas temperaturas para formarse, ellas pueden sobrevivir a
temperaturas más bajas. "Ésa sería la clase de ambiente en el que las
interacciones bioquímicas normales ocurren."
Pero quizás las implicaciones más intrigantes del
trabajo de Sanduloviciu son para la vida en otros planetas. "La células
tipo esferas que nosotros describimos podrían ser el origen de otras formas de
vida que nosotros no hemos considerado todavía," nos dice. Lo cual
significa que nuestros medios para la búsqueda de vida extraterrestre puede
necesitar de una drástica reevaluación en nuestra forma de pensarla. Podría
haber vida fuera allí, pero no como nosotros la conocemos.
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