La
comunidad ufológica nunca deja de asombrarme. Algunas veces gratamente (aunque
no pertenezco esencialmente a ella) y otras no tanto. De hecho muchas veces me
he quejado amablemente de los estudios psicosociales sobre el fenómeno, más específicamente
cuando esos estudios hacen hincapié a los protagonistas de esa comunidad, sean
ufólogos o adherentes. Y aunque siempre me opuse a ello, la verdad es que no
carece para nada de sentido, a la vista de ciertos hechos que ocurren
frecuentemente en estos últimos tiempos.
Tal
es el caso del ejemplo que les presento hoy para reflexionar, ya que para muestra
solo es necesario un botón. Cierta persona (se dice el pecado pero no el pecador)
de la cual no voy a dar el nombre, la cual fue amiga mía (o eso creía) se ha
dedicado a difamar a ciertas personas de la comunidad ufológica que conozco
bien por su don de gente, su buena predisposición y su humanidad (valores poco
frecuentes en este medio). Algunas de ellas son mis amigos y amigas, otras no,
pero doy fe de su ética y su don de gente.
Personas
como la señora Laura Vanzulli (Utah) divulgadora en un programa ufológico que cuida
el respeto de los temas y el trato a los invitados, El amigo Pablo Puchet, el
maravilloso y humano grupo El Origen Ovni, la estimadísima Mercedes Vaccaro, el
buen amigo y mejor ser humano Juan Bautista Díaz, el señor Daniel Valverdi, el
señor Rubén Morales fundador de los cafés ufológicos, el grupo Más allá de los
Ovnis, etc., etc. Que han sido difamadas por esta persona, muchas de las cuales
apenas la conocen y menos tienen tiempo de hacer (y algunos incluso tampoco el
conocimiento) elaboradas estrategias de hackeo, las cuales denuncia esta misma
persona, persona que los afectados conocen justamente por haber sufrido de este
tipo de acusaciones privadamente.
Por
supuesto (como no podía ser de otra manera y que francamente me tiene sin
cuidado) he sido incluido en este prestigioso grupo (tengo una cuenta en
Instagram que prácticamente no sé usar por lo cual está prácticamente sin
actividad de mi parte). Curiosamente esta es una de las personas que gozaban de
mi amistad (ya no, por supuesto), a la cual conozco bastante bien.
No
estoy para hacer diagnósticos a personas que nunca fueron mis pacientes, pero
podrá verse claramente en el escrito (que adjuntaré como imagen) sin necesidad
de ser un profesional de la salud mental que dichas acusaciones corresponden más
a ideas delirantes persecutorias que a un discurso ordenado, incluyendo un
amplísimo universo de conspiradores actuando para hacerle la vida imposible.
Ya
no resulta patético sino triste, ya que dicha persona evidentemente está
sufriendo de algo que escapa a su control, y ve en cada uno de los que acusa un
enemigo o potencial cómplice de sus enemigos. Ciertamente en su discurso que
habla de justicia divina y karma se puede notar su juicio interferido, juicio
que no le permite estar en paz con su vida, ya que está siempre amenazada por
un peligro externo compuesto de infinidad de personas, muchas de las cuales
apenas la conocen y menos hablan de ella y mucho menos conspiran para su
derrumbe.
Conozco
las experiencias “ufológicas” de esta persona que me ha comentado privadamente y
que nunca salieron más allá de una conversación de café entre los dos. Eso es
un tema que cada uno debe revisar privadamente en cuanto a la realidad o no de
dicha experiencia. El asunto aquí es otro: amenazar sin evidencia real una
situación de supuesto delito conlleva consecuencias legales que pueden volverse
en contra de quien acusa falsamente, más cuando los acusados son varios y la evidencia
inexistente, por lo cual le cabe la posibilidad de recibir varias CD antes de
iniciar acciones legales, lo cual puede volverle como un boomerang. Muchos de
los acusados (yo incluido) no carecemos de apoyo legal. Dicha acusación pública
es por lo menos imprudente y altamente riesgosa. Pero hay mucha gente que cree
que con una CD impresentable y una falsa acusación pueden salirse con la suya.
La verdad puede ser muy distinta.
Finalmente
antes de presentar la triste nota acusatoria de esta persona, quiero cerrar
haciendo referencia a hechos relacionados con ciertos programas “ufológicos”
donde se ha utilizado la excusa de la libertad de expresión para practicar la “falacia
ad hominen” (se critica la persona y su personalidad en vez de criticar sus
investigaciones), personas que en ciertos cafés ufológicos se acercan a darle
la mano diciendo “está todo bien entre nosotros” y pedirle que hablen en un
evento y luego defenestrarlo por detrás con todos sus conocidos. Y algunos otros “victimizándose” de manera
patética. Alguno de ellos que me han acusado de bloquearlos en mi Facebook
(lugar donde uno puede expresar sus ideas libremente) cuando ellos hacen
exactamente lo mismo. Esto no solo es patético y de mal gusto, sino que está más
cerca de un culebrón mexicano o un programa de chimentos que del tema que
originalmente nos convoca.
Dicho
esto, y con el ejemplo a presentar no pueden culparme de bloquear y eliminar
comentarios en dichas redes. Esta es la última vez que voy a hablar de este
tema. Y aquellos que me amenazaron a través de terceros les digo la frase
célebre “vengan los estaré esperando” para tomar un café o para lo que gusten.
Mi dirección y correo son públicos.
Aquí
les dejo el comentario para que lo juzguen.
Un
saludo a Todos
Fenomalías.
Siempre habrá personajes de mentes sucias que quedran manchar a los que realmente son los verdaderos amigos y leales!! Muchos tiene un gran odio interior que únicamente buscan difamar, ensuciar y denunciar falsamente por el simple hecho de perjudicar a alguien !! Abrazo y a seguir adelante...
ResponderEliminarMuchas gracias querido Juan, Lamentablemente en este caso es una persona muy enferma.
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