INCIDENTE
EN COLONIA SAN MARCELO PARERA
Carlos
Vales y Gustavo Cia
Agradecemos
el apoyo y presencia de Carlos Iurchuk y Andrés “Maverick” Segovia en esta
investigación.
En la búsqueda de información acerca de la
conducta del fenómeno, nos hemos encontrado con un sinnúmero de casos de varios
litros de agua desaparecidas de la noche a la mañana. En general a posteriori
de una fuerte luminosidad proveniente del cielo, dichos tanques australianos
quedan “secos” y el agua desaparece misteriosamente.
Carlos Barreña es
propietario de un campo en Colonia San Marcelo, Parera. Es un hombre común,
gran trabajador y propietario de un cuadro de estancia que jamás había tenido
interés en estos temas. Este elemento es de destacar ya que el perfil de Carlos
ni el de su hermano Osvaldo (dueño de otra chacra o cuadro) coincide para nada
con el de un “creyente” del fenómeno conocido con el epíteto OVNI-EXTRATERRESTRE,
lo cual lo hace un testigo muy confiable.
Carlos (y su hermano
Osvaldo) son dueños cada uno de un cuadro donde se dedican a la cría de ganado
bovino y agricultura en Colonia San Marcelo en la localidad de Parera, norte de
La Pampa. Reconocidos como gente honrada y trabajadora por su comunidad, su
honestidad admite poca o ninguna duda acerca de su testimonio.
Antecedentes
Carlos Barreño nos relata
que hace algunos años atrás, en 1993, en
el mes de noviembre, junto con su hermano Osvaldo, habían detectado en su
cultivo de girasol una quemazón del terreno en forma de elipse de 15 metros de
ancho por 30 de largo.
Seis meses antes del
incidente del agua, Carlos había detectado una “posible” mutilación de ganado,
en este caso, una vaca preñada cuya mandíbula queda “expuesta” por falta de
carne, y el ano del animal desaparecido. Los cortes parecían ser “perfectos”, coincidiendo
con las características del fenómeno de
mutilación bastante común también esta zona. Las ubres si habían sido comidas
por depredadores, tales como zorros o ratones, aunque actualmente la población de
ratones se ha reducido, opina Carlos Barreño con conocimiento de este tipo de
acción depredadora. En caso de los terneros desaparecidos, Carlos comenta que
son alimento preferido de los pumas, aunque no dejan este tipo de mutilación en
animales grandes (y los mismos son escasos o difíciles de ver). Si bien los
veterinarios de la zona consultados por Carlos estaban acostumbrados a estas
mutilaciones, ninguno de ellos consigue explicar de manera racional parte de las
mismas, tratando vanamente de explicarlo como la obra solo de carroñeros o
animales salvajes que habitan la zona. Sin embargo resta la opinión de
especialistas veterinarios confiables como Diego Marcantonio Julio Rodriguez y
Forbes en Parera y Diego Lorenzatti en Luigi para evaluar con total certeza
antes de descartar por completo la acción de animales predadores.
Fito Singuifú (apodado el
alemán), dueño de una estancia en las proximidades, hombre serio y cabal,
también reconocido en la comunidad de Parera, fue conocido por un evento
similar de un tanque australiano cuya agua desapareció también de la noche a la
mañana, y lo más interesante y sugestivo es que dicho tanque se encontraba
entre su casa y la casa de su puestero (o sea muy próximo a ambas viviendas).
En este caso y según testimonios del encargado el tanque a las 12 de la noche
estaba “a pleno” y a las 6 de la mañana del día siguiente el tanque, también
con capacidad de 80000 litros estaba vacío.
También está el caso de
Miguel Garrone con un tanque australiano vaciado de la noche a la mañana, que
coincidió en el mismo período que el evento de Singuifú y el de Barreña.
Nos relata también que el cuñado de su cuñado
el
señor Tito Lorenzatti que vive a 40 km de la localidad de Luigi, cerca de la
escuela Nº 30, un lugar con mucho monte aproximadamente en el año 1973 cuando
bajó de la camioneta en su casa con su mujer e hijo fueron iluminados todos por
una luz brillante que venía desde arriba. Intentó arrancar la camioneta pero
esta no respondía. Su mujer y sus hijos en estado de pánico no podían creer lo
que les estaba ocurriendo, queriendo volver inmediatamente al pueblo.
Finalmente al alejarse la “luz” la camioneta arrancó y pudieron entrar a su
campo. Ese mismo día un extraño “viento” y una tormenta de rayos extraña fueron
mencionados por habitantes del área.
Carlos nos relata que hace
un tiempo él, su esposa y los hijos detectaron una luz al frente del cuadro
pensando que era un ato de un vecino que los visitaba, pero Barreña en seguida
descartó eso, ya que la luz estaba muy alta y comenzó a desplazarse y a
alejarse, además calificó a la luz como la de un foco de un auto que está a
punto de quedarse sin batería (color amarillo anaranjado) salvo el hecho de que
cobraba altitud y se desplazó por el cielo hasta desaparecer. El evento duró
entre cinco y diez minutos y su tamaño lo comparó con el foco de un auto (a la
distancia). Aparentemente nos comenta que escuchó informes de este tipo de
luces en el las provincias de Mendoza y San Luis con las mismas
características.
Esto es prueba de que estos
eventos vienen ocurriendo desde hace muchos años en la zona y aún hoy el
fenómeno sigue presente en estas tierras.
Testimonio
de Carlos Barreña
Vamos a relatar los hechos
ocurridos en la estancia en relación con el vaciado de agua de los tanques
destinados al abrevamiento del ganado en el período que va desde el 2005 al 2008 en verano (recordemos
que en el 2006 hubieron muchos hechos extraños vinculados con el fenómeno). El
descubrimiento lo hizo un joven empleado de Carlos cuando se acercó al tanque
de 20 metros de circunferencia y 6 a 7 metros de diámetro. 75000 a 80000 litros
de capacidad y lo encontró completamente vacío.
Cabe destacar que luego de
un atento examen para detectar pérdidas de líquido, no se encontró ninguna
fisura, ni en tanque ni en las cañerías. Este hecho ocurrió por única vez.
También cabe destacar que ninguna luz, sonido o actividad extraña fue
detectada. Carlos reflexiona y nos dice: “es como si hubieran chupado el agua
desde arriba”
Se llenó nuevamente el
tanque, intentando detectar alguna fuga o pérdida, pero no se encontró nada, el
tanque, una vez llenado, conservaba a pleno el volumen de agua.
En y alrededor del tanque no
hubo evidencia de huellas, quemazón u otra señal específica.
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