La construcción de memorias de abducciones extraterrestres (Una reflexión sobre las malas prácticas)

Estimados amigos:


Es bien conocida mi posición afirmativa respecto a algunas experiencias de abducción y visitas de dormitorio y una posición abierta sobre el tema en general. Sin embargo en estos últimos años han surgido infinidad de casos basados solo en simples testimonios sin ninguna profundización en cada caso. Sumado a esto algunos supuestos abducidos además de cobrar por sus papel de invitado en distintos eventos, con un cariz francamente fraudulento (con la connivencia de ciertos miembros de la comunidad ufológica de turno y de los medios periodísticos amarillistas) han cambiado más de una vez la sucesión de los eventos ocurridos y sus significados. Otros, con evidentes signos y síntomas psicopatológicos, y personas de buena calidad humana pero muy confundidos, y con una importante necesidad de estar siempre presentes en la bocas de todos los que protagonizan verdaderos fenómenos y de aquellos que intentan estudiarlos, muchas veces sin un mínimo aporte probatorio e incluyendo en algunos casos dudosos registros por celular que al analizarlos, terminan siendo fenómenos astronómicos.

He visto casos de alta extrañeza y casos con personas descompensadas. A todos los he atendido gratuitamente, obteniendo en algunos casos enojo o una demanda de paternalismo protector, cuando les sugerí interconsultas con otros profesionales de la salud. También molestandose cuando en el proceso de anamnesis se plantean preguntas importantes acerca de su pasado, para comprender su presente. Incluso algunos de ellos traidos a mi consulta por amigos cercanos dentro del ambiente preocupados por su salud. Algo entendible pero imposible de justificar si se es responsable de algún grado de asistencia verdadera en estos cuadros.

Es importante el trabajo de muchos excelentes divulgadores de casos nuevos y antiguos (algunos de ellos bien investigados previamente y en los que se ha evidenciado desde patologías psiquiátricas hasta fraude por publicidad). Cabe entonces reflexionar que el mero testimonio en muchos casos no es carga de prueba. De hecho colaboran en la inversión de dicha carga de prueba.

En algunos casos es sospechosa la actitud de algunos supuestos abducidos a rechazar o resistir la evaluación de su testimonio (casos que detallaré en la publicación de un libro ahora en construcción, pero que han sido vistos en presentaciones de programas como Demonios por ejemplo del inestimable amigo y divulgador Carlos Iurchuk), sometiendose sin embargo, y en algunos casos con resultados desastrosos para la salud mental del sujeto a las manos de pseudo profesionales a procesos de hipnosis extensos y extremos, que, además de dañar el estado psíquico de los sujetos, procede a influir y distorsionar los verdaderos recuerdos traumáticos. ¿existen buenos hipnólogos? ciertamente así lo creo, aquellos certificados profesionalmente, los cuales brillan casi por su ausencia. Incluso estos profesionales no llegan a tomar en cuenta el Sindrome de Falsa Memoria descripto no solo por la doctora Elizabeth Loftus (en papers científicos), sino también por muchos profesionales no solo de la psicología general sino incluso desde la experiencia de las neurociencias. Cabe aclarar que hay alternativas muchos mas eficaces para acceder a recuerdos traumáticos reprimidos u olvidados tales como relajacion progresivas con desensibilización sistemática o la excelente técnica usada en Trastornos de Estrés Postraumático de distinta etiología tal como el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) o  DRMO (Desensibilización y Reprocesamiento a través de los Movimientos Oculares), eficaz para reducir el trauma y recuperar recuerdos.

No quiero dejar de resaltar algo fundamental: los profesionales en la salud mental y en el caso particular mi persona, priorizamos la ayuda en los pacientes o sujetos que atraviesan es estrés postraumático de estas experiencia o los eventos que podrían desncadenar trastornos psicopatólogicos que producen sufrimiento psíquico, más allá de la recompensa de ser protagonista investigativo de un "gran caso ufológico" a expensas de la salud y libertad del sujeto. El abducido es dueño de su caso y accede libremente a depositar su confianza en un investigador, un profesional, o ambos, a expensas de su propia cordura y credibilidad. Es él y no el investigador ni el psicólogo el protagonista de su experiencia (real, simulada o producto de un estrés disociativo). La validación o no de la experiencia es meramente contingente.

Mientras algunos miembros la comunidad ufología intentan desacreditar el caracter científico (sobre todo el de las neurociencias) y su importante experiencia e impacto en el ámbito de la salud mental, y su papel fundamental en la psicoprofilaxis, hacen hincapié en conceptos de corte psicosocial altamente distorsivos, acerca de "miscelaneas del ámbito ufológico" o casos antiguos con poco o ningun aporte actual sobre "TODO LO QUE ESTÁ OCURRIENDO ACTUALMENTE EN DICHO ÁMBITO"; no hay indicios mínimos de una evaluación razonable de la carga de la prueba tanto a favor como en contra de los fenómenos que son estudio de la ufología. También importantes divulgadores como Lorena Sciarrata y su "Café Ufológico Rosario" con la cual me une una relación de respeto y camaradería, aunque no coincida con algunos de sus conceptos. Una especial referencia al excelente programa de divulgación "Demonios" de Carlos Iurchuk, con una política de apertura a todos los temas ufológico y a todas las posiciones, siempre que sean respetuosas, asi como también muchos otros grupos de investigación que con criterio, sentido común y mentalidad abierta se dedican a investigar los diferentes vectores del fenómeno.

Exiten honrosas excepciones tales como las investigaciones del matrimonio Grosso "algunas" aproximaciones sugestivas e interesantes del ya desaparecido Grupo CIFO de Rosario, Las investigaciones e informes del ya desaparecido Guillermo Roncoroni y los trabajos del tan vilipendiado investigador y psicólogo Roberto Banchs, quien con justa razón se ha desvinculado del colectivo ufológico, no queriendo participar en modo alguno en el tema.

Luego está el aura desinformada de la psicología como "una cuestión de fé), cuando no lo es en modo alguno (ya he escrito un artículo lo suficientemente extenso sobre la carga de la prueba de las evaluaciones nurocognitivas y los procesos de evaluación psicodiagnóstica, cuando "EL FENÓMENO DE ABDUCCIÓN Y DE VISITAS DE DORMITORIO ES SIEMPRE Y EN TODO CASO EL ANÁLISIS DE UN TESTIMONIO, CUYAS ÚNICAS HERRAMIENTAS PARA DILUCIDARLO SON LAS ENTREVISTAS (DE INVESTIGADORES Y SOBRE TODO DE PROFESIONALES DE LA SALUD MENTAL); POR QUE LOS CASOS DE ABDUCCIÓN SIN EVIDENCIAS ADICIONALES SON NADA MÁS QUE MEROS RELATOS, SEAN ESTOS AUTÉNTICOS O FALSOS. DISQUISICIÓN QUE AMERITA NO SOLO UNA INVESTIGACIÓN CONCIENZUDA DE LOS INVESTIGADORES DE LA UFOLOGÍA, SINO TAMBIÉN DE LOS PROFESIONALES DE LA SALUD".

Cabe preguntarse en los testigos y en el colectivo en general de los ciudadanos el porque de la resistencia a dichas evaluaciones. Tanto en el ámbito ufológico como en el de la Salud Mental, se conoce un concepto llamado por el psicoanálisis "resistencia". En la psicología conductual cognitiva como parte de las neurociencias  "sesgo por rigidez cognitiva" (Lo opuesto a la flexibilidad cognitiva es la rigidez cognitiva, que se encuentra en varios trastornos de salud mental, incluido el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno depresivo mayor y el trastorno del espectro autista entre otros. Los estudios de neuroimagen han demostrado que la flexibilidad cognitiva depende de una red de regiones cerebrales frontales y "estriatales". Las regiones frontales están asociadas con procesos cognitivos superiores como la toma de decisiones y la resolución de problemas. En cambio, las regiones estriatales están vinculadas con la recompensa y la motivación. Hay varias formas de evaluar objetivamente la flexibilidad cognitiva de las personas, incluida la Prueba de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin y el cambio de tarea intra-extra dimensional CANTAB."

También existe una explicación más simple: no ver lo que no se quiere ver:  Convengamos que la psicoterapia no es para todos, es para los que la necesitan (y que tienen suficiente conciencia de enfermedad para solicitar ayuda). Eso no justifica la declaración infundada y desinformada de atribuirle caracter de fé y pseudociencia a una disciplina que actualmente está representada por los grandes logros de la neurociencia y de las terapias cognitivos conductuales que forman parte de ella, sin dejar de mencionar no solo la evidencia empírica sino las evidencias "duras" producto del avance en este campo, es decir específicamente en las neurociencias.

Terminando con estas aclaraciones, les invito a una reflexión de estos temas con la presentación de un trabajo científico y académico (con el cual no estoy necesariamente de acuerdo en su totalidad, pero si en las consideraciones más importantes).

 Un cálido saludo a todos.



La construcción de memorias de abducciones extraterrestres

 

Steven E Clark

Departamento de Psicología Universidad de California, Riverside

Elizabeth F Loftus

Departamento de Psicología Universidad de Washington

 

 

Carl Sagan (1993) sugirió que el "pago sucio" de los relatos de abducciones extraterrestres no está en lo que nos pueden decir sobre las visitas extraterrestres, sino en lo que nos pueden decir sobre nosotros mismos. Nosotros (Clark & Loftus, 1995) nos hicimos eco de este punto de vista en una revisión reciente de Abduction: Human Encounters With Aliens de Mack (1994). En su artículo de destino, Newman y Baumeister presentan una gran palada de tierra útil que Sagan y nosotros describimos.

Newman y Baumeister presentan una revisión impresionante de la literatura de abducción -una literatura que se presenta como fuerte evidencia en contra de la autenticidad del extraterrestre espacial y los relatos de abducciones. Newman y Baumeister sostienen que las narraciones de abducciones extraterrestres son una variedad de falsos recuerdos reconstruido con la sugestión de la hipnosis, con detalles extraídos de la cultura popular (y tal vez una subcultura obsesionada) que está llena de imágenes de visitas extraterrestres. La cuestión crítica para el escéptico de las historias de abducciones extraterrestres es: ¿Cómo puede mucha gente (Newman & Baumeister) dar una alta estimación de 3,7 millones de abducidos) que mantienen tan tenazmente un detalle de las narrativas de sus propias vidas que son falsas no solo en sus detalles, sino en su esencia misma? El escéptico podría argumentar que seguramente 3,7 millones de personas no pueden estar inventando estas historias. ¿Puede la memoria humana inventar tales historias?

Si. Con algo de ayuda.

En nuestro comentario, revisamos brevemente la investigación que proporciona la base para el fenómeno de la memoria falsa. Una gran literatura de investigación muestra un resultado confiable que se conoce como el efecto de la desinformación. Sugerimos que los recuerdos de abducciones de objetos voladores no identificados (OVNI) son una variante de esta desinformación en una escala muy grande.

 

El efecto de la desinformación: De las señales de alto a los extraterrestres

 

El efecto de la desinformación se ilustra con el siguiente experimento clásico (Loftus, Miller y Burns,1978). A los sujetos se les muestra una presentación de diapositivas de un accidente de coche contra un peatón en el que el deslizamiento crítico muestra una intersección con una señal de ceder el paso. Más tarde, se les presenta el tema sutilmente con información errónea, de que había una señal de alto en la intersección. Cuando más tarde se le preguntó si había una señal de alto o una señal de ceder el paso en la intersección, una alta proporción de sujetos incorrectamente indicó que era una señal de alto. El error se comete con alta confianza La aceptación de la desinformación ha demostrado de forma fiable en docenas de experimentos. Por supuesto, una cosa es aceptar la desinformación sobre un pequeño detalle como una señal de alto y otro muy llegar a creer que uno ha sido abducido por extraterrestres. Sin embargo, el camino empírico del primero al último está claramente establecido. Hay fuerte evidencia a partir de estudios de laboratorio, estudios de casos y anécdotas históricas—que la gente puede llegar a creer que ha experimentado eventos que en realidad no ocurrieron.

Loftus y sus colegas (Loftus & Coan, en prensa;Loftus & Pickrell, en prensa) desarrolló un procedimiento utilizando pares de parientes, en los que el pariente mayor, en colaboración con los experimentadores, cuenta cuatro historias sobre la pariente más joven, una de las cuales es una historia inventada sobre el pariente más joven se está perdiendo en un centro comercial alrededor de los 5 o 6 años. En Loftus y Pickrell (en prensa), los 24 sujetos (el pariente más joven en cada par) recordaron algo sobre 49 de los 72 verdaderos recuerdos (3 recuerdos verdaderos para cada uno de los 24 sujetos) o alrededor del 68% de los recuerdos verdaderos. Seis de los 24 sujetos "recordó" el evento falso (25%).

Loftus y Coan (en prensa) ilustraron de cómo una persona, aceptando un recuerdo falso, podría completar información adicional con detalles falsos En un caso, el sujeto "perdido" llegó a "recordar" detalles de que se había perdido en una tienda de juguetería de Kay-Bee y que el hombre que lo había encontrado había sido descripto como un hombre que se estaba quedando calvo y que vestía una camisa de franela azul y gafas. Además, el sujeto recordó algunos de sus propios pensamientos en ese momento, así como conversaciones con otros.

Se puede argumentar que la aceptación de la falsa pérdida la memoria en el centro comercial se debe a que no es algo inusual o un evento memorable (aunque esto también podría ser el caso de episodios oscuros de The Outer Limits). Cómo alguna vez, Hyman, Husband, and Billings (1995) mostraron que un evento más inusual, como un viaje nocturno al hospital, también podría ser falsamente aceptado como un recuerdo del propio pasado, aunque les tomó más tiempo a los sujetos "recuperar" sus falsos recuerdos hospitalarios.

Algunas de las implantaciones más dramáticas de falsos recuerdos no han venido del laboratorio, y ellos van desde humorísticos hasta siniestros. En su autobiografía de 1962, el psicólogo del desarrollo pionero Jean Piaget describió el falso recuerdo de un intento de secuestro cuando era un bebé. Sólo años después este evento se reveló como un engaño, cuando su niñera confesó haberlo inventado.

Más siniestro es el caso de Paul Ingram de Olympia, Washington (Ofshe & Watters, 1994; Wright, 1994), quien fue acusado y confesó el abuso sexual ritual de sus hijos Inicialmente, Ingram negó todo; con la presión de los detectives, sin embargo, comenzó a recordar y confesar cada nueva acusación tal como se presentó, creando detalles vívidos de cada crimen. Sin embargo, en una prueba de credibilidad de Ingram, Ofshe le presentó a Ingram una acusación de abuso sexual que fue totalmente inventada por Ofshe (y eso fue negado por los hijos de Ingram, que habían hecho las acusaciones originales de abuso). Como antes, Ingram inicialmente negó la acusación, pero, después de algunas reflexiones, confesó y abundó en detalles.


Los ingredientes de una memoria de abducción

 

Dado que los humanos pueden inventar recuerdos falsos, todavía nos queda la pregunta: ¿por qué un falso recuerdo? ¿qué pasa con las abducciones extraterrestres? ¿de que hilo se teje tal memoria? Newman y Baumeister sugieren varias posibilidades: alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas, pesadillas y faltas de tiempo, todo lo cual es consistente con el hecho de que muchas historias de abducciones giran en torno al sueño o viajes largos y solitarios. Es importante enfatizar que tales experiencias alucinatorias no son una marca de psicopatía pero son una experiencia común, producida como una consecuencia natural de la actividad cerebral relacionada con el sueño. Con esto, la narrativa del secuestro podría ser la fuente o producto de un problema de  monitoreo de realidad (Johnson & Raye, 1981) en el que el "abducido" de hecho, no tiene memoria de un evento aparentemente extraño; sin embargo, la fuente de la memoria podría ser intracraneal en lugar de extraterrestre. El problema de monitoreo puede complicarse por la fascinación cultural con las visitas extraterrestres. No lo es sorprendente que el número de historias de abducciones haya aumentó a un ritmo exponencial a medida que el mito de la abducción se teje cada vez más profundamente en nuestro tejido cultural.

Es difícil encender la televisión o pasar por una variedad de tabloides de supermercados sin encontrar una "historia real" sobre la abducción extraterrestre. el relato de la abducción extraterrestre El relato de abducción se ha alzado ahora junto con el famoso guión de restaurante (Bower, Black y Turner, 1979) como una actividad bien conocida cuyas acciones y orden son bien conocidos.

Curiosamente, Newman y Baumeister sugieren que son los relatos de ciencia ficción más oscuros los que podrían abrirse camino en historias de abducción, en lugar de más imágenes populares (es decir, el Sr. Spock). Como fuente de problema de monitoreo de la realidad, es poco probable que uno se confunda sobre la fuente de un recuerdo sobre el Sr. Spock, mientras que la fuente de una imagen vaga de un solo episodio de The Los límites exteriores pueden ser desconocidos y pueden confundirse como un recuerdo de la propia experiencia. esto es consistente con resultados de laboratorio que muestran que los sujetos son al menos más propensos a aceptar la desinformación flagrante que la desinformación de detalles periféricos (Loftus, 1979, p. 124).

¿Qué convierte el problema del seguimiento de la realidad en una historia de abducción calcada? En casi todos los casos, la herramienta de la elección es la hipnosis. Newman y Baumeister citan un estudio de Bullard (1989) en el que el 71% de 104 historias de abducción de "alta calidad" se producían bajo hipnosis. Todos los casos discutidos por Mack (1994) y Fiore (1989) fueron producido bajo hipnosis. Sin embargo, décadas de investigación sobre memoria inducida hipnóticamente revelan que la hipnosis no da como resultado una mayor precisión de la memoria, sino simplemente una salida regulada. El testimonio inducido hipnóticamente ha sido declarado inadmisible en la mayoría de los tribunales, porque en gran medida aumenta la vulnerabilidad del testigo a la sugestión y porque se basa en una falsa teoría de la memoria. El Consejo de Asuntos Científicos de la American Medical Association (1985), la Sociedad Internacional de Hipnosis (1979) y la Society for Clinical and Experimental Hypnosis (1979) han publicado fuertes advertencias sobre el uso de la hipnosis como herramienta en la recuperación de la memoria.

Dado lo que se sabe sobre la hipnosis, no estamos sorprendidos por los análisis que sugieren que la variación entre las historias de abducción tiende a ser más bien que entre los investigadores (Klass, 1988; Vallee, 1990, citado por Newman & Baumeister). Mack (1994) se convierte en creencia en la autenticidad de los relatos de abducción de sus clientes basado en parte en su consistencia, un punto que (Clark & Loftus, 1995) argumentaron que era más probable debido a la sugerencia del hipnotizador. Muchos de los clientes de Mack revelaron en sus historias de secuestro una advertencia de sus abductores extraterrestres sobre el curso violento de la humanidad— una advertencia curiosamente consistente con varios de los trabajos de Mack publicados sobre ese mismo tema.

 

Mantenimiento de las memorias de abducción

 

Una característica importante de los recuerdos de abducción es que sus dueños los agarran con fuerza. Son recuerdos que se mantienen con gran confianza. ¿Cómo alguien podría creer en un falso recuerdo con tal alta confianza? La misma pregunta refleja la intuición de que los recuerdos confiables deben ser recuerdos precisos. Una posición que también sostiene la Corte Suprema de EE. UU. (Neil contra Biggers, 1972). Décadas de investigación, sin embargo, han demostrado que esta intuición es falsa, que la relación entre la confianza y la precisión en la memoria es de hecho no fuerte y a veces negativa (Deffenbacher, 1980; Wells & Murray, 1984). Un análisis reciente de Clark (en prensa) sugiere que las disociaciones entre confianza y precisión podrían ser una consecuencia del funcionamiento básico de la memoria.

En el caso de los recuerdos extraterrestres del espacio y otras técnicas de recuperación hipnóticas notoriamente inducidas, el producto mental a menudo involucra imágenes visuales fuertes. Estas imágenes visuales podrían persistir en el tiempo, de modo que los abducidos realmente experimentar un fuerte recuerdo de su abducción. Cómo siempre, es un recuerdo de un secuestro que ocurrió en la oficina del hipnotizador en lugar de uno perpetrado por criaturas grises y hoscas.

La disociación confianza-precisión podría ser producirse también por factores sociales. Newman y Baumeister sugieren que esto podría ser debido a una especie de disonancia cognitiva (Festinger, 1957, 1964), manifestada como una necesidad de reforzar una creencia amenazada. Muchos "secuestrados" buscan apoyo de otros grupos de "abducidos"; Newman y Baumeister nota de la Fundación Comunión, OVNI, grupos de interés y otras formas de "proselitismo".

Los factores sociales también se han demostrado en el laboratorio. Luus y Wells (1994) demostraron que la confianza de un testigo en una identificación inexacta puede ser artificialmente inflada o desinflada, dependiendo de si se le informa al testigo que otro testigo escogió a la misma persona o a una diferente de la fila. Tales resultados califican la importancia de los grupos de apoyo para mantener las propias creencias frente al escepticismo.

 

 

Observaciones finales

 

Hemos presentado una pequeña porción de un gran literatura que demuestra la maleabilidad de la memoria del ser humano. Con esta base, no es difícil ver cuán elaborados (pero falsos) recuerdos de abducción por alienígenas  podría crearse. No es dificil imaginar  que dicha memoria se construye a partir de fragmentos y piezas de alucinaciones relacionadas con el sueño, pesadillas y la atención de los medios y fijado sólidamente en su lugar con las sugestiones de la hipnosis y la validación de grupos de apoyo.

Newman y Baumeister argumentan que otro elemento es necesario, además de los que acabamos de enumerar, para que uno para construir una memoria falsa de abducción extraterrestre. Específicamente, sugieren que tales recuerdos falsos reflejan fantasías sadomasoquistas y un escape de uno mismo. La evaluación de esta afirmación está fuera de nuestra área de especialización (investigación teórica). Una pregunta que se puede plantear es si este componente es necesario para la construcción de recuerdos de la abducción o si sirve para crear ciertos detalles de recuerdos de abducciones.

Independientemente de la respuesta a esta pregunta, argumentamos que estos son los tipos de preguntas que se deben hacer con respecto a los recuerdos de abducciones extraterrestres: preguntas sobre el funcionamiento de la mente. Aquí es donde encontraremos el pago sucio en las historias de abducciones extraterrestres.

 

Notes

 

Steven E. Clark, Department of Psychology, University of California, Riverside, CA 92521-0426. E-mail: clark@citrus.ucr.edu.

Elizabeth F. Loftus, Department of Psychology, University of Washington, Seattle, WA 98195. E-mail: eloftus @u.washington.edu.

 

References

 

Bower, G. H., Black, J. B., & Turner, T. J. (1979). Scripts in memory    for text. Cognitive Psychology, 11, 177-220.

Bullard, T. E. (1989). Hypnosis and UFO abductions: A troubled  relationship. Journal of UFO Studies, I, 3-40.

Clark, S. E. (in press). A familiarity-based account of confidence-accuracy inversions in recognition memory. Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition.

Clark, S. E., & Loftus, E. F. (1995). The psychological pay dot of space  alien abduction memories. Contemporary Psychology, 40, 861-863.

Council on Scientific Affairs of the American Medical Association. (1985). Scientific status of refreshing recollection by the use of hypnosis, Journal of the American Medical Association, 253, 1918-1923.

Deffenbacher, K. (1980). Eyewitness accuracy and confidence: Can we infer anything about their relationship? Law and Human Behavior, 4, 243-260.

Festinger, L. (1957). A theory of cognitive dissonance. Stanford, CA: Stanford University Press.

Festinger, L. (1964). Conflict, decision, and dissonance. Stanford, CA: Stanford University Press.

Fiore, E. (1989). Encounters: A psychologist reveals case studies of extraterrestrials. New York: Doubleday.

Hyman, I. E., Husband, T. H., & Billings, J. F. (1995). False memories ofhildhood  experiences. Applied Cognitive Psychology, 9,181-197.

International Society of Hypnosis. (1979). Resolution. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 27, 452.

Johnson, M. K., & Raye, C. L. (1981). Reality monitoring. Psychological Review, 88, 67-85.

Klass, P. J. (1988). UFO abductions: A dangerous game. Buffalo, NY: Prometheus.

Loftus, E. F. (1979). Eyewitness testimony. Cambridge, MA: Harvard University Press.

Loftus, E. F., & Coan, J. (in press). The construction of childhood memories. In D. Peters (Ed.), The child witness in context: Cognitive, social, and legal perspectives. New York: Kluwer.

Loftus, E. F., Miller, D. G., & Bums, H. J. (1978). Semantic integration of veibal information into a visual memory. Journal of Experimental Psychology: Human Learning and Memory, 4, 19-31.

Loftus, E. F., & Pickrell, J. E. (in press). The formation of false memories. Psychiatric Annals.

Luus, C. A. E., & Wells, G. L. (1994). The malleability of eyewitness  confidence: Co-witness and perseverance effects. Journal of Applied Psychology, 79, 714-723.

Mack, J. E. (1994). Abduction: Human encounters with aliens. New York: Scribner' s.

Neil v. Biggers. (1972). 409 United States Supreme Court 188.

Ofshe, R., & Watters, E. (1994). Making monsters: False memories, psychotherapy, and sexual hysteria. New York: Scribner' s.

Piaget, J. (1962). Plays, dreams, and imitation in childhood. New York: Norton.

Sagan, C. (1993, March 7). What's really going on? Parade Magazine, pp. 4-7.

Society for Clinical and Experimental Hypnosis. (1979). Resolution. International Journal for Clinical and Experimental Hypnosis, 27, 452.

Vallee, J. (1990). Confrontations: A scientist's search .for alien contact. New York: Springer-Verlag.

Wells, G. L., & Murray, D. M. (1984). Eyewitness confidence. In G.L. Wells, & E. F. Loftus (Eds.), Eyewitness testimony: Psychological perspectives (pp. 155-170). Cambridge, England: Cambridge University Press.

Wright, L. (1994). Remembering Satan. New York: Knopf.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario