En este artículo de la prestigios revista de anomalías Journal of Scientific Exploration
podemos observar y catalogar fenomenos luminosos relacionados con energía sísmica y actividad geológica (a veces en presencia de minerales como cuarzo y granito), para poder diferenciar este fenómeno natural de las verdaderas anomalías, aunque este fenómeno tiene muchas particularidades interesantes. Espero lo disfruten.
FENÓMENOS LUMINOSOS Y ENERGÍA SISMICA EN EL CENTRO DE EEUU.[1]
John S. Derr
Inspector geológico de Estados Unidos, Laboratorio sismológico de
Albuquerque, Albuquerque, Nuevo México 87115.
Y
Michael A. Persinger
Departamento de Psicología, Universidad Laurentian, Sudbury, Ontario, Canadá P3E 2C6
Y
Centro de Minería e Investigación de Exploración Mineral, Universidad Laurentian.
Abstract: Fenómenos Luminosos (LP) que ocurren en regiones sísmicamente activas, aparecen relacionados temporalmente a movimientos sísmicos, aún cuando los LP no son obviamente luces de terremotos (EQL). Dentro de un marco de tiempo que requirió agregados mensuales o incrementos anuales de análisis moderadamente fuertes (0,50 < r < 0,75), existieron correlaciones en un período de 19 años entre la suma de energía sísmica descargada y el número de LP reportados dentro de la región central de los Estados Unidos. Otros reportes anómalos de la misma base de datos no tuvieron correlación significativa en relación con descargas de energía. Ni LP ni otras clases de eventos anómalos tuvieron correlación significativa con las descargas de energía sísmica en los alrededores de la región que contenía un área comparable y activa sísmicamente. Entonces, algunos tipos de reportes de LP podrían ser fenómenos geofísicos que reflejarían las características espaciales y temporales de la tensión tectónica.
Introducción
Los encuentros de fenómenos luminosos (LP) son a menudo reportados en la prensa popular con coloridas descripciones (Saunders, 1978) lo cual oscurece sus asociaciones con fenómenos naturales. Investigamos la posibilidad de que una asociación pueda existir con terremotos en el centro de EEUU, usando una aproximación única para el estudio de LP y sus correlaciones con terremotos.
Nuestra hipótesis general es que LP, ahora clasificados bajo la rúbrica general de reportes OVNI (UFO), tendrían una correlación significativa con la descarga de energía sísmica dentro del área en la cual los LP fueron observados. Otras clases de fenómenos OVNI, que no se encontraron dentro del criterio de LP, mostraron una correlación mínima con descarga de energía sísmica.
Los fenómenos luminosos, en el momento de un terremoto, son llamados luces de terremoto
(EQL) y parecen ser fenómenos generalmente aceptados (Derr, 1973) aunque sin una comprensión de los mecanismos de producción de luminosidad. Nuestro reciente trabajo ( ej. Derr y Persinger, 1986) sugiere la posibilidad de alguna relación entre terremotos y LP, la cual está asociada espacialmente con terremotos, pero ocurre fuera del lapso de unas pocas horas a días a lo sumo, como podría ser exigido para una situación general de designación EQL. El problema más grande de encontrar un mecanismo para la producción de luminosidades geofísicas debido a stress terrestre permanece sin resolver, aunque hay un progreso definitivo en estudios de laboratorio (Brady y Rowell, 1986) y extrapolaciones hechas de grandes terremotos (Lockner, Johnston, y Byerlee, 1983).
Se han encontrado relaciones temporales sistemáticas entre los números de reportes de LP y actividad de terremotos en otras regiones (Derr y Persinger, 1985; Persinger 1983b; Persinger y Derr, 1984). Estas relaciones son más obvias cuando las áreas son relativamente más amplias (> 10.000 km2 ) y de más amplios marcos de tiempo (> 1 mes) en análisis que son aplicados por períodos de 10 años o más.
Incrementos espaciales que son mucho más amplios o mucho más pequeños que el área óptima no revelan esta relación. Similarmente los incrementos temporales son mucho más cortos o mucho más largos que el marco de tiempo óptimo, no despliega el diseño (Persinger, 1983c). Sospechamos que el determinante de estos parámetros espaciales y temporales están relacionados con los rasgos geológicos de la región y de los procesos tectónicos que guían la actividad de los terremotos.
La evidencia sugiere que muchos LP son descriptos como una forma de fenómeno geofísico de tierra-sólida. Los LP son descriptos frecuentemente como luces rojizas o blanquecinas mostrando a menudo formas esféricas y movimientos erráticos, usualmente con un tiempo de vida de unos pocos minutos. Los reportes se extienden desde hace 100 años y proceden de áreas ampliamente separadas (Corliss, 1982, Derr, 1973; Persinger, 1983d, 1984) lo que sugiere la existencia de un fenómeno universal.
En este informe, analizamos dos hipótesis relacionadas con LP y terremotos. Primero, una relación sistemática entre el espacio y el tiempo entre una descarga de energía sísmica y algunas de las mediciones del número de LP. Asumimos que los números de LP están sistemáticamente relacionados al número de informes de LP. Sin embargo no asumimos que allí haya una relación uno a uno.
Realmente desde que los reportes dependen de un observador humano, el número actual de LP podría ser más grande que el número de reportes de LP.
Segundo, la correlación máxima entre movimientos sísmicos y LP deberían ocurrir cuando se considerara la energía medida de los terremotos en la región en la cual los reportes de LP fueron tomados. Sobre la base de estos conceptos que fueron revelados previamente
(Persinger, 1976; Persinger y Lafranière, 1977), hipotetizamos que la medición de terremotos dentro del área (de tamaño comparable) de los alrededores de la región, no debería mostrar correlación significativa con LP en absoluto.
Si un pico de correlación existe entre LP y energía sísmica dentro de más o menos la misma región, entonces uno podría argumentar que los LP dentro de la región están relacionados con movimientos sísmicos. Sin embargo, si la fuerza de la correlación entre LP y movimientos sísmicos dentro de algún rango de áreas no cambia apreciablemente ( después de su varianza compartida con movimientos sísmicos dentro de la región de LP fuera removida ), entonces el rol de un factor confuso relacionado a los movimientos sísmicos en general, puede ser argumentado.
Aspectos de fondo
Un problema significativo ha sido encontrar medidas objetivas, comprensibles y razonables acerca de la actividad LP. Esta búsqueda requiere que examinemos las bases de datos de los muy heterogéneos reportes OVNI. Si asumimos que el término "OVNI" sobreincluye una variedad de fenómenos diferentes que comparten una etiqueta arbitraria, entonces no todos los tipos de reportes OVNI estarían fuertemente asociados a terremotos. Si los LP se correlacionan fuertemente con terremotos y otros tipos de fenómenos o no, entonces podrían existir bases para argumentar que reflejan el estado actual de los eventos del medioambiente. Por otro lado, si todos los tipos de reportes OVNI se correlacionan con terremotos, entonces algún tipo no específico de comportamiento humano, podría hacer reportar cosas curiosas que podrían estar asociadas a actividad de terremotos.
Los seis estados (IL, AR, MO, IN, KY, TN) rodeando la región de Nuevo Madrid en el centro de Estados Unidos fueron seleccionados como área de estudios (Figura 1).
Fig. 1 Distribución de terremotos (M >3.0) dentro del centro de EEUU. Los 6 estados dentro de los cuáles fueron recolectados los reportes de fenómenos luminosos (LP) están incluidos en la región C: los alrededores de las regiones E-C sirvieron como área control
Esta región ha tenido una larga historia de actividad sísmica y actividad LP. Datos de terremotos se obtuvieron de la base de datos de Nuttli (Barstow et al., 1981); esta contenía eventos sísmicos con magnitudes (mb) de 3.0 o más grandes. Los reportes OVNI y LP se obtuvieron de archivos de UFOCAT del Centro de Estudios OVNI (CUFOS) (Saunders, 1978). El período de análisis fue entre los años 1946 y 1966. Este período fue seleccionado porque la mayoría de los datos de aquellos años se derivaron de reportes del gobierno y de los más importantes eventos de grandes luminosidades. Después de 1965 ocurrió un abrupto incremento en la base de datos de reportes OVNI. Esto también correspondió con un cambio en el procedimiento de recolección de datos. Limitando el estudio al período de relativa uniformidad minimizando los efectos de su heterogeneidad, aunque sin poder eliminar todos estos problemas.
Test de hipótesis
Para testear hipótesis, tres clases de LP y dos clases de otros reportes OVNI fueron extractados de la base de datos de CUFOS. Afortunadamente, estos reportes han sido clasificados independientemente en 10 tipos. Hemos combinado estos en cinco grupos reflejando nuestra evaluación de sus características relativas, y separándolas de aquellos más probables de ser explicados como fenómenos geofísicos (Tabla 1). Se designaron dos casos de LP específicos (SLP): SLPa y SLPb
Los casos SLPa involucraban reportes CUFOS tipo tres y cuatro mientras que casos SLPb involucraron reportes tipo cinco y seis. Ambas clases fueron descriptas como luminosidades clásicas similares a otros reportes locales. Reportes SLPb contienen más rasgos dinámicos inusuales (como movimientos erráticos) y más comportamientos inusuales (como variaciones intrínsecas de color en gradientes de intensidad luminosa) comparadas a SLPa. Si ambas clases son variantes de LP, entonces ellas mostrarían una fuerte correlación con movimientos sísmicos.
Tabla 1
Clasificación de fenómenos luminosos
CUFOS Base de Datos Tipo | Comportamiento de Objetos | Clasificación en este Documento |
0 | Objetos identificados. Explicaciones conven- cionales | ------ |
1 | Luces nocturnas-Esta- cionarias, estrellas | Luces del cielo |
2 | Luces nocturnas-Tra- yectoria contínua | (SL. N = 326 ) |
3 | Trayectoria no continúa. Discontinuidad simple. | -------- |
4 | Trayectoria no contínua. Discontinuidad >1 | Fenómenos Luminosos Específicos ( SLP, N = 243 ) |
5 | Marco de referencia in- troducido de testigos | |
6 | "aterrizaje" en el marco de referencia de los testigos | |
7 | Ocupantes vistos fuera Del objeto | |
8 | Se entabló comunicación Inteligente. Lenguaje | Casos exóticos (EC. N = 34 ) |
9 | Efectos físicos/funcionales duraderos en los testigos | ------- |
? | Inclasificados | Fenómenos Luminosos Generales ( GLP, incluidos SLP, N = 1134 ) |
Los LP (GLP) en general involucran ambos SLP (ambos casos) y una categoría de reportes consignados como no identificados por falta de detalles o seguimiento. La formación general de esta categoría fue considerada apropiada porque el factor de análisis ha demostrado que SLP estaban fuertemente correlacionadas (r = 0.60) con aquellos casos no clasificados, pero no las otras dos clases (r < 0.30) de reportes OVNI. Ellos sirvieron como casos de referencia. Estas dos clases fueron llamadas luces del cielo (SL) y casos exóticos (EC). Las luces del cielo involucran reportes TIPO 1 y TIPO 2 referidos a puntos sin impresión de luz que se movían simplemente en una trayectoria común. Los casos de EC referidos a al TIPO 7, TIPO 8 y TIPO 9, los reportes más extraños, e incluido el tradicional fenómeno de "Encuentro Cercano". Los casos de SL y EC se usaron también como "controles" dentro de la base de datos; asumimos que sus variaciones a través del tiempo habrían estado sujetas a las mismas variables reportadas como LP, sin embargo, los LP deberían tener una correlación significativa con actividad sísmica, mientras que los SL y EC no reflejaría esta asociación.
Nuestro análisis comienza por observar la totalidad de las características temporales de ambas GLP (dentro de la región C) y la descarga de energía sísmica de: (a) La región dentro de la cual la GLP fue reportada (área C) y (b) el cerco de "control" región (E-C) para la duración máxima de la base de datos de CUFOS (1947 hasta 1977). Aunque hemos decidido restringir nuestro análisis cuantitativo a los años 1947 a 1965, por las razones mencionadas anteriormente, buscamos examinar visualmente la magnitud de la inflexión en la proporción de los reportes UFO después del año 1965. La energía de los terremotos fue determinada por la fórmula:
(1.5 M +11.4)
10
Donde M es la magnitud de cada evento sísmico.
La figura 2 muestra los números acumulados de GLP dentro de de los 6 estados (región C) y la suma acumulada de energía sísmica descargada:
17
(x10 ergs)
dentro de la región C y las regiones alrededor de ella (E-C) que contenían un área comparable. Las proporciones de cambios en ambos GLP y descargas de energía sísmica de la región C fueron relativamente homogéneos para los años 1947 a 1965.
Sin embargo, un marcado incremento en la proporción de GLP ocurrida en el año 1966; este cambio fue asociado con una extraordinaria descarga de energía sísmica dentro de los dos años posteriores dentro de la misma región en la cual los GLP se originaron.
Por otro lado, no hubo cambios obvios en la proporción de descargas de energía sísmica en las regiones alrededor de ella. Un segundo punto de inflexión en la proporción de GLP ocurrió en 1973; aproximadamente tres años más tarde, otro incremento en la descarga de energía sísmica ocurrió dentro de esta región pero no dentro de las regiones alrededor de ella.
Por simple inspección visual, estos resultados sostienen fuertemente la hipótesis de que hay una relación temporal entre LP y descarga de energía sísmica dentro de una región. La correspondencia entre los puntos de inflexión de los LP y la descarga de energía sísmica durante el último período de 1960 también indica que la base de datos de CUFOS podría actualmente reflejar un incremento de la proporción de la producción de LP más bien que un cambio en las estrategias de en la colección de reportes como habíamos presumido.
Fig. 2 Números acumulativos de GLP (Cuadrados abiertos) que fueron reportados en la región (área C) desde los años 1947 hasta 1977. Descargas acumulativas de energía sísmica dentro de la región C (pulsos) y las regiones circundantes, E-C (diamantes abiertos) dentro del mismo período también están indicados
Sin embargo, decidimos adherir a nuestra decisión original y confinar nuestros análisis posteriores a los años 1947 hasta 1965.
La pantalla de la fig. 3 muestra un dispersograma con una relación entre el número total de GLP por año y la descarga total de energía sísmica dentro del área C por año durante el período de análisis.
Fig. 3 Números totales de GLP (Fenómeno Luminoso General) por año dentro de la región C y la energía sísmica total descargada por año dentro de la misma región.
Ambas, la correlación de Pearson del producto del momento (r = 0.51) y la correlación no-paramétrica rho de Spearman (la cual está basada en un rango o jerarquía de ordenamiento y minimiza los efectos de los valores extremos) (rho = 0.60) fueron estadísticamente significativos ( p < 0.01). Las correlaciones entre GLP dentro de la región C y la descarga de energía sísmica en las regiones alrededor de ella (control) no fueron estadísticamente significativas ( r = 0.10; rho = 0.02). Para determinar si la relación entre LP y movimientos sísmicos estaban apareadas a la descarga de energía más bien que al número de terremotos, los números de eventos sísmicos por año dentro de dentro de la región C y de las regiones alrededor de ella estaban correlacionadas con LP: ninguno de esos coeficientes (todos menos que 0.20) fueron estadísticamente significativos ( p > 0.05).
Estos resultados groseros, basados en los números de GLP por año y la suma de descargas de energía sísmica por año sostienen la hipótesis. La ausencia de correlaciones significativas entre los números de eventos sísmicos (independientemente de la magnitud) y GLP posteriores que indicaron que fueron asociados a procesos apareados a descargas de energía más bien que a frecuencia de actividad sísmica. Porque: 1) los números de eventos sísmicos dentro de la región C (n = 127) y los alrededores de las regiones E-C (n = 121) fueron comparables y 2) la descarga de energía total (figura 2) dentro de las dos regiones fue similar. Las relaciones entre LP y energía sísmica no estarían dadas por las discrepancias entre las características cuantitativas de energía sísmica dentro de las dos regiones.
Análisis de incrementos anuales son arbitrarios y no necesariamente reflejan el apareamiento temporal óptimo entre un despliegue de LP y sus correlativas descargas de energía sísmica. Algunos de nuestros análisis sugieren que la actual discrepancia en la ocurrencia de LP y descargas de energía sísmica pueden tener un rango de entre unos pocos días a varios meses. Sin algunos estímulos que sincronicen las tasas de acumulación de tensión, tasas variables (y de ahora en más, períodos variables entre LP y descargas de energía sísmica) son esperadas. De acuerdo con el concepto general de "tensión tectónica", más LP ocurren durante los períodos prolongados de tensión antes de la descarga de energía sísmica, una pequeña porción de LP tienden a ocurrir después de grandes descargas de energía sísmicas, antes de que la tensión generada por los eventos sísmicos se disipe sustancialmente.
Para aplicar este concepto a los presentes datos, fueron determinados los números de GLP por mes. Por inspección visual, los meses de GLP que fueron agrupados juntos fueron separados por intervalos. Hubo 39 intervalos sucesivos; sus duraciones fueron variables y oscilaron entre 3 y once meses (las medias fueron de 6.7 meses). Los números de GLP, SLPa, SLPb, SL y EC totales por intervalo, tanto como la suma descargada de energía sísmica en la región C y las regiones alrededor de ella, fueron entonces calculados.
Fig. 4. Números totales de GLP por intervalo óptimo como una función del total de la energía sísmica (en ergs/ergios) descargada por intervalo óptimo dentro de la región C. Los números más grandes que 1 refieren a los números de casos con los mismos valores
Como puede verse en la figura 4, hubo una moderadamente fuerte correlación positiva (r = 0.73; p<0.001) entre el número total de GLP por intervalo y la suma de esa energía sísmica descargada por intervalo durante este período de 19 años. Una correlación más débil (r = 0.30) también ocurrió entre los números de GLP y energía sísmica descargada en los alrededores de la región. Esta asociación fue atribuida a la varianza compartida (r= 0.70) en actividad sísmica entre las dos regiones. Cuando una correlación parcial fue completada entre GLP y descarga de energía dentro de la misma región, con la varianza asociada con energía sísmica de los alrededores de la región manteniéndose constante, la asociación de energía GLP fue aún estadísticamente significativa (r = 0.53). Sin embargo, cuando se completó una correlación parcial entre GLP y energía descargada dentro de los alrededores de la región, con la varianza asociada con energía sísmica de la región C manteniéndose constante, la correlación con energía GLP fue -0.02. Estos análisis confirmaron la dependencia de GLP sobre la energía descargada dentro de la región en la cual ellos fueron reportados más bien que sobre un efecto general de actividad sísmica.
Porque los intervalos seleccionados para determinar la relación entre LP y sismicidad eran inconstantes, la posibilidad de un dispositivo correlacional tuvo que ser eliminada. La correlación parcial para las duraciones de los intervalos no cambió la fuerza de la relación apreciablemente. De manera semejante, simplemente dividiendo los números de GLP por los números de meses por intervalo, y la energía total descargada por intervalo por el número de meses por intervalo, no afectó la fuerza de la relación: el dispersograma se muestra en la Figura 5.
Fig. 5 Media de los números de GLP totales por mes por cada intervalo óptimo como una función del total de energía sísmica descargada (en ergs/ergios) por mes de cada intervalo óptimo. Los números más grandes que 1 refieren a los números de casos con los mismos valores
También habíamos supuesto que sólo SLP debe estar significativamente correlacionada con la energía soltada dentro del área C. considerando que no deben asociarse reportes de SL o CEE con variables sísmicas. Semejante resultado sería un tipo de validez discriminativa que sugeriría que es probable que sólo una porción restringida de la base de datos OVNI sean fenómenos físicos que se acoplan a las variables sísmicas.
Fig. 6. Correlaciones (rho de Spearman) entre el monto de energía sísmica descargada por intervalo óptimo dentro de la región C (barras cerradas) y dentro de los alrededores del área control, región E-C (barras abiertas) para los diferentes tipos de reportes OVNIS que incluyen: SL (luces en el cielo), SLPa y SLPb (dos tipos de fenómenos luminosos que asumimos con base geofísica), EC (casos exóticos, que involucran encuentros cercanos) y GLP (el racimo o clúster general de SLP y de los casos no clasificados).
Como se muestra en la Figura 6, la validez discriminativa de nuestras asunciones se sostiene ampliamente. Sólo SLPa, SLPb y GLP (qué es la suma de SLP y los casos no clasificados) se pusieron en correlación significativa (el rho se calculó para todas las clases debido a la asimetría moderada de distribución para CEE y SLPb) sólo con la descarga de energía dentro de los seis estados (barras negras): por otro lado ni los números de SL ni los números de informes de CEE estuvieron en correlacionados significativamente con la cantidad de energía sísmica descargada en esta región. Ninguno de los cinco tipos de informes se correlacionó significativamente con la energía sísmica descargada en la región circundante, E-C (barras abiertas).
Fig. 7 a,b. El monto total de energía sísmica (en ergs/ergios) descargada por mes (barras cerradas) y el número de GLP por mes (barras abiertas) desde el año 1947 hasta el año 1964
Fig. 7. (continuación)
Para dar énfasis a la relación persistente entre la cantidad de energía descargada dentro de la misma región en las que los LP fueron reportados, los valores mensuales de la energía sísmica total descargada (barras negras) y los números totales de GLP (barras abiertas) se muestra en la Figura 7 desde los años 1947 hasta 1964. Los fenómenos luminosos tendieron a ocurrir durante el mismo mes o durante uno a tres meses antes del descargo de energía sísmica. De hecho, todos los 10 periodos mayores de LP reportados (> 15 GLP por mes) ocurrieron durante el mismo mes o dentro de los tres meses antes de las descargas más sustanciales de energía sísmica. Recíprocamente, 6 de los 10 meses sísmicos más enérgicos fueron precedidos por 1 de los 10 más activos meses de LP. Todos menos uno de estos meses sísmicos más enérgicos (marzo, 1963) fue precedido por un claro incremento en el número de LP. Considerado la naturaleza y limitaciones de la base de datos que confía en observaciones cuasi randomizadas casi exclusivamente, nosotros sospechamos que los LP ocurrieron pero no observaron o no se reportaron.
La gran dispersión alrededor de la línea de regresión para la relación entre la descarga de energía sísmica y el número de informes de GLP también puede haber sido afectada por contribuciones de los temblores con magnitudes de menos de 3.0. La base de datos de Nuttli no contuvo referencias a estos eventos; aunque "percibieron" que los eventos son bastante comunes en la región de Nueva Madrid. Aunque la mayoría de estos temblores habría tenido magnitudes de aproximadamente 1.0 racimos o clústeres pueden haber sido responsables de los periodo de bajo-nivel pero pueden haber sostenido informes de GLP como los de la última parte del año 1961. Además, estos temblores pequeños que frecuentemente son pre shocks y post shocks de los más fuertes (M> 3.0) terremotos del catálogo, esto puede haber sido asociado con el incremento en GLP durante uno a tres meses antes de los terremotos más grandes. Clústeres o racimos múltiples de eventos sísmicos débiles (1.0 <M <3.0) han mostrado ser componentes importantes en la correlación temporal entre LP y sismicidad en la región de Yakima, Washington (Derr & Persinger, 1986).
Los modelos de ocurrencia de LP y sismicidad en otras regiones, sobre todo separadas por centenares de kilómetros, hace pensar en la posibilidad de que los LP podrían relacionarse con eventos de tensión migratorios. Aunque el reciente trabajo en California Central y del Sur ha mostrado que esa tensión regional tiende a cambiar linealmente con tiempo, el mismo estudio ronda marginalmente anomalías significativas de 12 a 18 meses antes de dos terremotos (Savage y col., 1987). Derr y Persinger (1989) notaron una clara convergencia de LP hacia el epicentro sísmico inminente (M 4.4) en Nuevo México: la migración empezó aproximadamente 8 a 14 meses antes del temblor y rápidamente aceleró hacia el epicentro durante los últimos 6 meses. Considerando que la distancia promedio de la mayoría de los LP era normalmente mayor a 300 km, los LP aumentaron en número y convergieron dentro de los 50 km del epicentro durante el periodo inmediato que precede el temblor.
Alternativamente, las observaciones de LP a grandes distancias de los movimiento sísmicos podrían explicarse si la corteza o el manto superior contuvieron heterogeneidades que significativamente refuerzan la conducción de energía eléctrica sobre modelos seleccionados. Nuestros primeros cálculos en orden a otros datos (Derr & Persinger, 1989) indican que el proceso está envuelto con la distribución distal de LP que puede desplazarse entre 100 a 500 km por año. Sería parsimonioso si se mediaran los efectos de los supuestos campos de tensión a través de tales modelos seleccionados; sin embargo esta pregunta no puede contestarse dentro de las limitaciones de los análisis presentes.
Conclusión
Estos análisis sugieren que ciertos tipos de informes OVNI, específicamente aquéllos que nosotros hemos definido de forma consistente como LP en este y otros estudios, (Derr & Persinger, 1986,; Persinger & Derr, 1984, 1985) están estrechamente relacionados con la descarga de energía sísmica. Uno de los problemas con este tipo de investigación es que la fuerza de la relación entre LP y la energía sísmica dentro de este estudio podría haber sido aun mayor si el número de informes de LP fuera más indicativo del número de eventos de LP y si los datos sísmicos estuvieran completos a un umbral de magnitud más bajo.
Muchos otros problemas existen con este tipo de estudio retrospectivo. Principalmente, las correlaciones son estadísticas, en lugar de deterministas, y deja preguntas abiertas acerca de la causa real y el efecto. No sabemos la fuente de la energía, cómo se dirige de la fuente al punto de la observación, cómo se enfoca para crear la luminosidad, y cómo continúa durante la duración del avistamiento. Para seguir estos problemas, se exigiría un cambio en la metodología que incorporara las variables que serían razonablemente involucradas. Los candidatos iniciales serían las características cuantitativas de la geología local y las distribuciones de tensión. Algunos de estos problemas, como el mecanismo por el que la energía se enfoca, deben involucrar algún proceso fundamental: su resolución puede depender principalmente de la tecnología y teorías de física moderna.
Hay varias preguntas que se generan cuando se investiga el concepto de mecanismo. ¿Producen los LP un impulso que puede durar significativamente más que el de las bolas luminosas, o se requiere alguna fuente continua o intermitente? ¿Por qué exhiben algunas áreas sísmicas frecuentemente LP, dentro del horario de los fenómenos geofísicos, considerando que otras áreas no lo hacen? ¿Hay algo por ejemplo, en la geología o hidrología la región o alguna cosa relacionada a algún aspecto del campo geomagnético que promueve el proceso de LP?
En algunos de nuestros estudios, las perturbaciones súbitas en el campo geomagnético parecen haber promovido la ocurrencia de LP. Interesantemente, en el estudio presente, la correlación entre los GLP por año y el producto de la descarga anual de energía sísmica de la región central y nuestra medida típica de perturbación geomagnética anual (la desviación normal de promedios mensuales de actividad geomagnética global sobre la media anual) fue de 0.76. Aunque Mazzarella y Palumbo (l988) ha supuesto que las variaciones en la actividad geomagnética global podrían facilitar las tensiones que precipitarían los terremotos, ¿cómo influiría en la actividad geomagnética el campo de tensión? ¿Afectan las perturbaciones geomagnéticas los caminos de conductibilidad o evocan descargas quantales de energía, manifestadas como LP, a partir de campo de tensión? En general, nuestros datos no apoyan la proposición de que los elevamientos diarios súbitos de actividad geomagnética son disparadores generalmente inmediatos de LP porque ellos ocurren a menudo después varios días. La relación es más evidente con los incrementos semanales, mensuales y anuales de los análisis.
La base de datos de LP es anecdótica, incompleta, no uniforme, y notoriamente subjetiva. Los resultados positivos dependen de una elección juiciosa del área a ser analizada: un área demasiado pequeña reduce la importancia, mientras que un área demasiado grande agrega significancia al análisis. Aunque sospechamos que el área óptima de una región que muestra el acoplamiento óptimo entre LP y la descarga de energía sísmica refleja las características de la corteza local, estos parámetros todavía deben establecerse. Por ejemplo en porciones de América del Norte donde la estructura crustal se refleja como acreciones focales, las distancias óptimas exigidas para discernir la relación más fuerte entre LP y las descargas de energía están entre 50 y 100 km. En porciones de Norteamérica donde la corteza despliega una arquitectura más homogénea y más grande, las distancias óptimas pueden involucrar 500 a 1000 km.
A pesar de estas limitaciones, nosotros creemos que los resultados informados aquí son válidos y tienen importancia teórica para la comprensión de los LP. Se han encontrado asociaciones temporales similares y aun más fuertes entre LP y la descarga de energía de terremotos en otras regiones, como la de Uinta Basin en Utah (Persinger & Derr. 1985) y en el Estado de Washington (Persinger & Derr. 1984).
Todos nuestros análisis en los que la energía sísmica se ha calculado indican que los LP aumentan en frecuencia y ocurrencia cuando la cantidad de descarga de energía por mes excede aproximadamente los 1.0 x 1017 ergios. Si esta magnitud de energía se requiere, entonces la producción experimental de LP geofísicos puede limitarse. Un posible acercamiento cuasi experimental que podría prestar apoyo determinista a las hipótesis de que las tensiones tectónicas involucran áreas en que ha habido sismicidad artificial. Hay varias áreas, como Denver y Rangely, Colorado, y el oeste de Nueva York, donde se forzó la actividad, a través de bombeados subterráneos de volúmenes grandes de fluido que han activado actividad sísmica.
La relación eminente inesperada entre el aumento inaudito de LP dentro del centro de los Estados Unidos durante finales de los años sesenta y las descargas más grandes de energía sísmica dentro de esa región durante varias décadas implican la utilidad de esta investigación. En otros estudios hemos notado que la latencia entre un racimo o clúster de LP y la ocurrencia de un evento sísmico se relaciona positivamente a su magnitud. Si los archivos acumulativos de LP dentro de otras regiones reflejan perfiles similares, entonces las inflexiones positivas significativas en la proporción anual de informes de LP podrían volverse un adjunto para la prevención de terremotos.
Se han informado fenómenos luminosos durante siglos. Frecuentemente, se pueden haber enmascarado sus descripciones y su ocurrencia o se pueden haber perdido en las definiciones populares (Corliss. 1982: Persinger ' 1983a). Wallace y Teng (1980), por ejemplo, notan que el mundo occidental se predispone para ver OVNIs. Mientras el mismo estímulo en China lleva a informes de posibles precursores de terremotos. Nuestro trabajo sugiere que China ha encontrado la definición más apropiada.
References
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